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La civilización romana, desde su origen en 753 a.C. hasta su declive, marcó la historia con su estructura política, economía y contribuciones arquitectónicas. La transición de monarquía a república y luego a imperio, refleja la complejidad de su sistema de gobierno. La expansión territorial y la integración cultural fueron clave en su dominio. La arquitectura romana, con obras como el Coliseo, evidencia su legado duradero. La adopción del cristianismo como religión estatal significó un cambio trascendental en la sociedad romana.
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La civilización romana emergió en el año 753 a.C. con la fundación mítica de la ciudad de Roma
Crecimiento impulsado por el ejército
Roma se transformó en un poderoso imperio gracias a su formidable ejército
Diplomacia astuta
La diplomacia astuta fue una de las razones del crecimiento del imperio romano
Integración de los pueblos conquistados
La integración de los pueblos conquistados mediante la concesión de la ciudadanía romana fue clave en la expansión del imperio
Monarquía
Durante la monarquía, reyes etruscos y latinos gobernaron la ciudad de Roma
República
La República introdujo un sistema más complejo con magistrados electos y un Senado poderoso
Imperio
El Imperio, iniciado por Augusto, centralizó el poder en la figura del emperador
La economía de la antigua Roma se basaba en la agricultura, con la ganadería como un rol secundario pero significativo
La esclavitud era una institución central en la economía romana, y la expansión territorial aseguró el acceso a recursos y mercados
La sociedad romana estaba jerarquizada, con los patricios en la cúspide y los plebeyos formando la base de la pirámide social. La ciudadanía romana se extendió gradualmente a otros itálicos y habitantes de provincias lejanas
La arquitectura romana se caracterizó por su herencia de la tradición griega y etrusca
Acueductos y calzadas
Los romanos construyeron infraestructuras como acueductos y calzadas para facilitar la vida urbana
Anfiteatros, termas y templos
Los romanos también construyeron edificios públicos como anfiteatros, termas y templos para el control social
La religión en Roma era politeísta y estaba intrínsecamente ligada a la vida cotidiana y política. La adopción del cristianismo como religión estatal transformó radicalmente el panorama religioso en el imperio