Los metales en la industria de empaques juegan un rol esencial, destacando el acero y aluminio por su resistencia y maleabilidad. La hojalata y el acero inoxidable, aunque diferentes, son fundamentales en la fabricación de envases, ofreciendo ventajas como la hermeticidad y resistencia a la corrosión. Estos materiales se adaptan a las necesidades de conservación de alimentos, siendo además reciclables y económicamente ventajosos.
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Los metales se caracterizan por su alta conductividad eléctrica y térmica
Los metales son altamente maleables y ductiles, lo que les permite ser moldeados en diferentes formas
Los metales tienen un brillo característico que los hace fácilmente reconocibles
Los metales como el acero, aluminio, estaño y cromo son ampliamente utilizados en la industria de envasado de alimentos
El aluminio y el cobre se utilizan en aleaciones para mejorar sus propiedades en la fabricación de envases
El cobre se utiliza en la soldadura de recipientes de hojalata debido a su alta conductividad y resistencia a la corrosión
Los envases metálicos son preferidos en la industria alimentaria por su resistencia mecánica, hermeticidad y capacidad para soportar temperaturas extremas
Los envases metálicos enfrentan desafíos como la incompatibilidad con el uso de microondas y la susceptibilidad a la corrosión
Para garantizar la integridad del producto envasado, los envases metálicos requieren de revestimientos protectores y consideraciones especiales en su fabricación y manejo
La producción de hojalata comienza con la obtención de arrabio en altos hornos mediante la reducción de óxidos de hierro
El acero se somete a un proceso de laminado y recocido para reducir su espesor y mejorar su maleabilidad
El estañado se realiza mediante electrodepositación y la pasivación es un tratamiento esencial para mejorar la resistencia a la corrosión de la hojalata