Los delitos contra el patrimonio afectan la esfera económica de las personas y la estabilidad del sistema económico. Se dividen en delitos patrimoniales, como el hurto y el robo, y delitos contra el orden socioeconómico. El hurto implica la sustracción sin consentimiento, mientras que el robo incluye fuerza o intimidación. La protección del patrimonio resuelve controversias sobre la propiedad y la posesión.
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Comprende una serie de infracciones que afectan la esfera económica de las personas y la estabilidad del sistema económico
Delitos patrimoniales que buscan un beneficio económico
Lesionan directamente el patrimonio de una persona
Delitos patrimoniales que no persiguen enriquecimiento
Como los daños, afectan la esfera económica de una persona sin buscar un beneficio económico directo
Pueden afectar la estructura económica de la sociedad
Conjunto de bienes, derechos, deudas y obligaciones de una persona
Debe haber un daño económico a la víctima
Implican la apropiación indebida de bienes ajenos
No se aplica responsabilidad penal, aunque sí civil, si cometen delitos patrimoniales entre sí sin violencia, intimidación o abuso de vulnerabilidad
Se castigan con penas menores a las del delito consumado
Sustracción de una cosa mueble ajena sin consentimiento del propietario con la intención de incorporarla al propio patrimonio
Bienes y derechos con valor económico
Ánimo de lucro y posibilidad de aplicar el estado de necesidad como causa de justificación en situaciones excepcionales
El robo implica el uso de fuerza en las cosas o violencia e intimidación en las personas, mientras que el hurto no
Sustracción de bienes de valor artístico, histórico o cultural, o implicación de menores en la comisión del delito, que acarrean penas más severas