El Aprendizaje Activo como Filosofía de Enseñanza
Las investigadoras conciben el aprendizaje como un proceso activo, en el que los estudiantes universitarios no solo adquieren conocimientos, sino también desarrollan habilidades y actitudes aplicables en contextos reales. Este enfoque considera la enseñanza como un "espacio de aprendizaje activo", donde las actuaciones docentes brindan oportunidades para aprender a enseñar y, simultáneamente, para que los estudiantes adquieran conocimientos profesionales y enfoques pedagógicos que promuevan aprendizajes significativos en la primera infancia. El estudio se realizó en los primeros años de formación universitaria, con actividades curriculares diseñadas específicamente para fomentar la reflexión sobre la enseñanza.Metodología de Investigación: Self Study Colaborativo
La metodología de investigación empleada en el estudio es el Self Study colaborativo, llevado a cabo durante un año académico. Este enfoque permitió a las investigadoras reflexionar continuamente sobre su identidad docente y práctica pedagógica. La recolección de datos incluyó autobiografías pedagógicas, registros de reuniones semanales y evidencias recogidas de los estudiantes, como entrevistas grupales y evaluaciones del desempeño docente. Este proceso reflexivo posibilitó a las investigadoras conectar su práctica pedagógica con contextos históricos, sociales y educativos más amplios, con el fin de contribuir a la formación de ciudadanos más democráticos y conscientes.Hallazgos y Reflexiones sobre la Práctica Docente
Los hallazgos del estudio destacan la importancia de atender a las percepciones de los estudiantes para mejorar las prácticas docentes. Se identificaron cinco áreas clave para la reflexión: el propósito de la enseñanza, la influencia de las experiencias personales en la formación docente, la importancia de reconocer el impacto de las prácticas pedagógicas en los procesos formativos de los estudiantes, y la necesidad de promover un aprendizaje activo y reflexivo. Las investigadoras concluyen que la experiencia de aprendizaje colaborativo es esencial para enriquecer sus "mochilas" no solo con conocimientos, sino también con experiencias personales y profesionales que definen su identidad docente, así como con interrogantes y desafíos relacionados con su labor educativa.