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La representación pictórica es un fenómeno complejo que abarca desde la teoría de la semejanza hasta el convencionalismo, pasando por la teoría neonaturalista. Estas teorías explican cómo las imágenes reflejan la realidad y cómo se interpretan a través de convenciones culturales. La comprensión de las artes visuales implica reconocer la diversidad de representaciones, desde las incondicionales hasta las léxicas, y cómo estas se relacionan con nuestras capacidades innatas y el aprendizaje de códigos específicos.
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La teoría de la semejanza postula que una imagen representa un objeto o escena si hay un parecido reconocible entre ellos
El parecido entre imagen y realidad permite al espectador identificar lo representado
La teoría de la semejanza contrasta con la teoría de la ilusión, que sostiene que una representación pictórica es exitosa cuando crea en el observador la impresión de estar presenciando la escena real
La teoría de la ilusión sostiene que una representación pictórica es exitosa cuando crea en el observador la impresión de estar presenciando la escena real
Un ejemplo de la teoría de la ilusión es una película que simula una batalla con tal realismo que el espectador siente que está ocurriendo ante sus ojos
El enfoque convencionalista argumenta que la representación pictórica es un proceso culturalmente determinado
Según el convencionalismo, las imágenes se interpretan mediante convenciones o códigos visuales aprendidos
El convencionalismo destaca la variabilidad de los sistemas pictóricos a través de la historia y entre diferentes culturas
La teoría neonaturalista propone que los seres humanos poseen una habilidad innata para reconocer lo que una imagen representa
Esta teoría se aleja del concepto de ilusión y enfatiza el reconocimiento espontáneo de las imágenes
La teoría neonaturalista se fundamenta en la observación de que los seres humanos pueden reconocer lo que una imagen representa, especialmente cuando ya están familiarizados con el sujeto
La representación incondicional se apoya en la activación de capacidades innatas de reconocimiento, como ocurre en la pintura y el teatro
La representación léxica depende del conocimiento de códigos y convenciones específicos, como en la danza y en gestos altamente codificados
La representación específica condicional requiere conocimiento previo del objeto representado
La representación genérica condicional solo necesita que el espectador entienda que algo está siendo representado, sin necesidad de conocer su significado exacto