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Los fundamentos éticos en la abogacía son cruciales para mantener la confianza en el sistema legal. La rectitud, honestidad y la priorización de la justicia sobre el éxito personal son cualidades indispensables para los abogados. Estos profesionales deben equilibrar su juicio con los imperativos éticos, seleccionar casos basados en la moralidad y actuar con integridad, incluso frente a la crítica, para promover un sistema legal justo y equitativo.
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La ética es un pilar fundamental que sostiene la integridad y la confianza en el sistema legal
Promoción de la justicia y el respeto por la ley
El código ético riguroso promueve la justicia y el respeto por la ley en la abogacía
Rechazo de conductas inapropiadas
El código ético riguroso exige el rechazo de conductas inapropiadas que puedan manchar la reputación de la abogacía
Los abogados deben equilibrar su libertad de juicio con los imperativos éticos que rigen su profesión
La rectitud y la honestidad son fundamentales en la abogacía
La habilidad de discernir entre lo correcto y lo incorrecto es más valiosa que la mera elocuencia en la abogacía
La decisión de aceptar o rechazar un caso refleja el compromiso del abogado con la justicia y la paz social
Al decidir si aceptar un caso, los abogados deben confiar en su juicio moral y ético personal
La intuición de justicia y la conciencia individual son herramientas más fiables que las interpretaciones legales en la selección de casos
La ética profesional exige que los abogados actúen de acuerdo con sus valores y principios, rechazando casos que consideren inmorales
La ética y la ley suelen estar alineadas en la abogacía
En situaciones de conflicto entre ética y ley, los abogados deben priorizar la moralidad
Los abogados tienen la responsabilidad de desafiar y buscar reformar leyes injustas en beneficio del progreso y la justicia del sistema legal