Funciones Esenciales de la Placenta

Funciones Esenciales de la Placenta

La placenta es un órgano multifuncional indispensable durante el embarazo, que facilita la comunicación y el intercambio de sustancias entre la madre y el feto. Realiza funciones vitales como la transferencia de oxígeno y nutrientes esenciales desde la madre al feto, y la eliminación de dióxido de carbono y residuos metabólicos fetales. Además, la placenta ejerce una función endocrina, sintetizando hormonas clave como la gonadotropina coriónica humana (hCG), que mantiene el cuerpo lúteo y la producción de progesterona; el lactógeno placentario humano (hPL), que modula el metabolismo materno; y hormonas esteroideas como la progesterona y los estrógenos, que son cruciales para mantener el embarazo y preparar el parto y la lactancia. La placenta también desempeña un papel inmunológico fundamental, promoviendo la tolerancia inmunológica para proteger al feto, que posee antígenos paternos, de ser rechazado por el sistema inmune materno.

Adaptaciones Cardiocirculatorias y Hematológicas Fetales

El sistema cardiocirculatorio del feto está especialmente adaptado para sobrevivir en un entorno de oxigenación limitada. Desde la semana 12 de gestación, el corazón y los vasos sanguíneos fetales comienzan a funcionar, aunque su estructura y funcionamiento son inmaduros en comparación con los de un adulto. La circulación fetal se caracteriza por la presencia de shunts o cortocircuitos, como el ductus venoso, el foramen oval y el ductus arterioso, que dirigen la sangre oxigenada preferentemente hacia el cerebro y el corazón. En cuanto al sistema hematológico, el feto desarrolla una mayor cantidad de glóbulos rojos (poliglobulia) y produce hemoglobina fetal, que tiene una mayor afinidad por el oxígeno que la hemoglobina adulta, para maximizar la captación de oxígeno disponible y garantizar una oxigenación eficiente de los tejidos fetales.

Desarrollo Pulmonar y Maduración del Sistema Inmunitario Fetal

El desarrollo pulmonar fetal es un proceso complejo que inicia con la formación de los alvéolos y la producción de surfactante pulmonar alrededor de la semana 24 de gestación. El surfactante, producido por los neumocitos tipo II, es crucial para reducir la tensión superficial en los alvéolos y prevenir su colapso al momento del nacimiento. La producción de surfactante es estimulada por hormonas glucocorticoides fetales y puede ser inducida por corticoides administrados a la madre en situaciones de riesgo de parto prematuro. Paralelamente, el sistema inmunitario del feto comienza a desarrollarse tempranamente, con la generación de linfocitos y la producción de inmunoglobulinas. La transferencia transplacentaria de inmunoglobulina G (IgG) de la madre al feto es esencial para proporcionar inmunidad pasiva, protegiendo al neonato de infecciones hasta que su propio sistema inmunitario se desarrolle completamente.

Retraso del Crecimiento Intrauterino: Definición, Etiología y Clasificación

El retraso del crecimiento intrauterino (RCIU) es una condición que se presenta en aproximadamente el 9% de todos los embarazos y se caracteriza por un peso fetal inferior al percentil 10 para la edad gestacional correspondiente. La etiología del RCIU se clasifica en tres categorías principales: fetos pequeños para la edad gestacional (PEG), que son naturalmente pequeños pero crecen a una tasa normal; fetos con crecimiento intrauterino restringido (CIR) debido a causas no placentarias, como anomalías congénitas, trastornos genéticos, infecciones intrauterinas o exposición a sustancias tóxicas; y fetos con CIR debido a causas placentarias, donde la insuficiencia placentaria restringe el suministro de nutrientes y oxígeno, a menudo asociada con trastornos hipertensivos como la preeclampsia. El manejo clínico y el pronóstico de los fetos con RCIU varían en función de la causa subyacente y la severidad del retraso en el crecimiento.