La memoria humana

Concepto y Procesos de la Memoria Sensorial

La memoria sensorial es el almacenamiento más inmediato y efímero de la información sensorial, actuando como un tamiz que recoge y preserva por un breve lapso las impresiones sensoriales. Esta memoria captura una "instantánea" de los estímulos y los retiene por un periodo muy corto, generalmente menos de un segundo, lo que permite el reconocimiento inicial del estímulo y su potencial transferencia a la memoria a corto plazo. La memoria sensorial es transitoria y su rastro se desvanece rápidamente si no se procesa activamente. Cada sentido dispone de un tipo específico de memoria sensorial: la memoria icónica para la visión, la ecoica para la audición, y sistemas análogos para el tacto, el olfato y el gusto, todos caracterizados por una capacidad considerable pero una duración limitada.

Estructura y Función de la Memoria a Corto Plazo

La memoria a corto plazo es un almacén transitorio que conserva información durante un periodo que puede variar de unos pocos segundos hasta un minuto. Esta memoria es esencial para el procesamiento activo de la información sensorial y permite realizar tareas cognitivas como la retención de números telefónicos o la reproducción de secuencias visuales recientes. La memoria a corto plazo depende de circuitos neuronales que incluyen bucles córtico-talámicos y se asocia con regiones del lóbulo parietal, como la circunvolución angular y la supramarginal. Además, se observa una especialización hemisférica, con el hemisferio izquierdo procesando preferentemente la información verbal y el derecho encargándose de la información espacial y visual.

Dinámica y Componentes de la Memoria de Trabajo

La memoria de trabajo, una extensión de la memoria a corto plazo, es un sistema dinámico que permite la manipulación activa de la información para tareas cognitivas complejas como el razonamiento, la comprensión y la resolución de problemas. Según el modelo de Baddeley y Hitch, la memoria de trabajo consta de tres componentes principales: el lazo articulatorio, que procesa y almacena información verbal y fonológica; la agenda visoespacial, que gestiona la información visual y espacial; y el ejecutivo central, que coordina las acciones de los otros dos subsistemas y regula la atención. Estos componentes trabajan conjuntamente para permitir la realización de operaciones cognitivas simultáneas, funcionando como un sistema de almacenamiento temporal y de procesamiento.

Memoria a Largo Plazo: Capacidad y Tipos

La memoria a largo plazo es el sistema de almacenamiento de información por periodos prolongados, desde minutos hasta toda la vida. Se caracteriza por una capacidad prácticamente ilimitada y es fundamental para la codificación, el almacenamiento y la recuperación de experiencias pasadas. La memoria a largo plazo se clasifica en memoria explícita, que incluye la memoria episódica y semántica, y memoria implícita, que abarca habilidades y hábitos. Además, se distingue entre memoria anterógrada, que almacena información después de un determinado evento, y memoria retrógrada, que recupera información previa a un evento o lesión cerebral. La memoria a largo plazo está asociada con diversas estructuras cerebrales, incluyendo el hipocampo y la corteza prefrontal.

Memoria Declarativa y No Declarativa: Consciente e Inconsciente

La memoria declarativa, también conocida como memoria explícita, engloba el conocimiento y las experiencias que pueden ser conscientemente recordados y verbalizados, como datos, fechas y recuerdos personales. Se subdivide en memoria semántica, que almacena conocimientos generales y conceptos, y memoria episódica, que guarda información sobre eventos específicos y experiencias personales. Por otro lado, la memoria no declarativa o implícita comprende habilidades, hábitos y condicionamientos que se adquieren y ejecutan de manera inconsciente. Esta memoria es vital para la adaptación y el aprendizaje motor y está mediada por estructuras como los ganglios basales y el cerebelo.

Memoria Retrospectiva y Prospectiva: Pasado y Futuro

La memoria retrospectiva se refiere a la capacidad de recordar eventos y experiencias pasadas, mientras que la memoria prospectiva está relacionada con la capacidad de recordar realizar acciones en el futuro. La memoria prospectiva es crucial para la ejecución de intenciones y tareas futuras, como recordar tomar medicamentos o asistir a reuniones. Requiere de una coordinación de procesos cognitivos que incluyen la atención, la planificación y la función ejecutiva, y está vinculada con áreas cerebrales como la corteza prefrontal y el lóbulo parietal.