El desarrollo embriológico de la cabeza y el cuello es un proceso complejo que comienza en la cuarta semana de gestación con los arcos branquiales. Estas estructuras son fundamentales para la morfología del embrión, incluyendo la formación de la cara, los huesos del oído medio y las estructuras cervicales. Los arcos contienen componentes musculares, nerviosos y arteriales, y son inervados por nervios craneales específicos. Además, las bolsas faríngeas dan origen a órganos vitales como el timo y las glándulas paratiroides.
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Los procesos mandibulares y maxilares son esenciales para el desarrollo facial y se complementan con la formación de los procesos nasales
Derivados del primer arco
La prominencia frontal, situada cranealmente al estomodeo, es esencial para el desarrollo facial y se complementa con la formación de los procesos nasales
El primer arco es vital para la formación de los huesos del oído medio, incluyendo el martillo y el yunque
Cada arco branquial posee su propio componente muscular, nervioso y arterial
Las células de la cresta neural migran hacia los arcos para formar los componentes esqueléticos faciales
El mesodermo de los arcos origina los músculos faciales y cervicales
El primer arco branquial forma estructuras como el martillo y el yunque del oído medio
El segundo arco branquial da origen al estribo, partes del hueso temporal y el hueso hioides
Los cuarto y sexto arcos se fusionan para formar los cartílagos laríngeos
Las bolsas faríngeas son invaginaciones del intestino faríngeo que originan estructuras clave
Cada bolsa faríngea está implicada en el desarrollo de estructuras específicas, como el receso tubo timpánico, la cavidad del oído medio y la trompa de Eustaquio
Las bolsas faríngeas son responsables de la formación de estructuras como las glándulas paratiroides y las células parafoliculares de la tiroides