El Tercer Trabajo: La Cierva de Cerinia
El tercer desafío consistió en capturar a la cierva de Cerinia, una criatura divina con cuernos de oro y pezuñas de bronce, consagrada a la diosa Ártemis. Heracles la persiguió durante un año, cuidando de no herirla debido a su naturaleza sagrada. Finalmente, la capturó y, mientras la llevaba ante Euristeo, se encontró con Ártemis y su hermano Apolo. Heracles explicó su misión y su respeto por la cierva, apaciguando la ira de la diosa y obteniendo su permiso para completar su tarea.El Cuarto Trabajo: El Jabalí de Erimanto
La cuarta tarea encomendada a Heracles fue la captura del Jabalí de Erimanto, una bestia feroz que devastaba la región de Psófide. En su camino, Heracles visitó al centauro Folo, quien le ofreció hospitalidad. Después de una extenuante cacería, Heracles acorraló al jabalí en la nieve y lo capturó vivo, llevándolo a Euristeo, quien se escondió en un pithos, un gran jarro de almacenamiento, al ver al animal.El Quinto Trabajo: Los Establos de Augías
El quinto trabajo de Heracles fue limpiar los establos del rey Augías, que albergaban un número inmenso de ganado y no se habían limpiado en años. Heracles propuso a Augías limpiarlos en un día a cambio de una décima parte del ganado, sin revelar que era un trabajo impuesto por Euristeo. Utilizando su fuerza y astucia, Heracles desvió los cauces de los ríos Alfeo y Peneo para que fluyeran a través de los establos, limpiándolos completamente. Augías, al enterarse de la implicación de Euristeo, se negó a pagar y Euristeo invalidó el trabajo, alegando que Heracles había buscado una recompensa.El Sexto Trabajo: Las Aves del Lago Estínfalo
El sexto trabajo requería que Heracles expulsara a las aves carnívoras del lago Estínfalo, que eran una plaga para la región. Incierto sobre cómo proceder, Heracles recibió de la diosa Atenea unos crótalos de bronce forjados por Hefesto. El sonido de los crótalos asustó a las aves, permitiendo que Heracles las abatiera con sus flechas envenenadas o las ahuyentara.El Séptimo Trabajo: El Toro de Creta
El séptimo trabajo de Heracles fue capturar al Toro de Creta, una bestia que Poseidón había enviado y que Minos había fallado en sacrificar, causando que el toro se volviera salvaje. Heracles viajó a Creta, donde el rey Minos le permitió enfrentarse al toro. Heracles luchó con la bestia, la sometió y la llevó de vuelta a Euristeo, quien luego liberó al toro, que vagó hasta llegar a Maratón.El Octavo Trabajo: Las Yeguas de Diomedes
El octavo trabajo de Heracles fue capturar las yeguas carnívoras de Diomedes, rey de los bístones. Heracles y sus compañeros lucharon contra los guardianes de las yeguas y se dirigieron hacia el mar. Enfrentándose a los bístones en una feroz batalla, Heracles mató a Diomedes y dio su cuerpo a las yeguas, apaciguándolas. Fundó la ciudad de Abdera en memoria de su compañero caído, Abdero, y entregó las yeguas a Euristeo, quien las soltó, y eventualmente fueron devoradas por bestias salvajes.El Noveno Trabajo: El Cinturón de Hipólita
El noveno trabajo encomendado a Heracles fue obtener el cinturón de Hipólita, reina de las amazonas, que Euristeo deseaba para su hija. Heracles llegó a las tierras de las amazonas y, inicialmente, Hipólita accedió a entregarle el cinturón. Sin embargo, Hera, disfrazada de amazona, sembró la discordia, lo que llevó a un enfrentamiento. Heracles, creyendo que había sido traicionado, mató a Hipólita, tomó el cinturón y, tras un duro combate, regresó a Micenas para entregarlo a Euristeo.El Décimo Trabajo: Los Bueyes de Gerión
El décimo trabajo de Heracles fue robar los rebaños del gigante Gerión, que poseía tres cuerpos y vivía en la isla de Eritía, al oeste del mundo conocido. Heracles realizó un largo viaje, durante el cual enfrentó y mató al perro de dos cabezas Orto y al pastor Euritión. En el enfrentamiento final, Heracles mató a Gerión con sus flechas y condujo los rebaños de vuelta a Micenas, donde Euristeo los dedicó en sacrificio a Hera.El Undécimo Trabajo: Las Manzanas de las Hespérides
El undécimo trabajo requería que Heracles obtuviera las manzanas de oro del jardín de las Hespérides, hijas de Atlas. En su búsqueda, Heracles liberó a Prometeo, quien le aconsejó pedir a Atlas que recogiera las manzanas mientras él sostenía el cielo. Heracles engañó a Atlas para recuperar su carga y regresó con las manzanas. Euristeo, tras inspeccionarlas, las entregó a Atenea, quien las devolvió a su lugar original.El Duodécimo Trabajo: El Can Cerbero
El duodécimo y final trabajo de Heracles fue capturar a Cerbero, el perro de tres cabezas que guardaba la entrada al inframundo. Heracles se inició en los misterios eleusinos para prepararse y, con el permiso de Hades, logró someter a Cerbero sin usar armas. Tras mostrar la bestia a Euristeo, quien se aterrorizó al verla, Heracles devolvió a Cerbero al inframundo, completando así sus doce trabajos y asegurando su lugar en la mitología como uno de los más grandes héroes.