El pensamiento cartesiano se basa en la máxima 'pienso, luego existo', estableciendo un fundamento indubitable para el conocimiento. René Descartes propone el dualismo mente-cuerpo, diferenciando la sustancia pensante de la material y sugiriendo la glándula pineal como punto de conexión. La razón se presenta como distintivo humano, mientras que las críticas modernas cuestionan la viabilidad de su teoría mente-cuerpo.
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Descartes cuestiona la certeza de todo conocimiento para llegar a una verdad fundamental: la certeza de su propia existencia
La afirmación "pienso, luego existo" es el resultado del método de duda sistemática de Descartes y establece una base indubitable para el conocimiento
El reconocimiento de la propia existencia no solo establece la existencia del sujeto pensante, sino que también proporciona un punto de partida firme para el desarrollo del racionalismo filosófico de Descartes
Según Descartes, la mente y el cuerpo son sustancias diferentes con propiedades distintas, pero interactúan entre sí
La mente se define como una sustancia inmaterial caracterizada por el pensamiento, mientras que el cuerpo es una sustancia material regida por las leyes de la física
Descartes identificó la glándula pineal como el lugar de interacción entre la mente y el cuerpo, aunque esta teoría ha sido refutada por la neurociencia moderna
Para Descartes, la razón es lo que diferencia a los seres humanos de los animales y les permite reflexionar sobre su existencia y descubrir verdades universales y necesarias
Según Descartes, el razonamiento deductivo y la intuición son medios confiables para adquirir conocimiento
La razón permite a los seres humanos superar el escepticismo y alcanzar la certeza en la búsqueda de la verdad y la comprensión de su propia esencia
La noción de que la glándula pineal actúa como mediador entre lo mental y lo físico ha sido ampliamente criticada y debatida en la filosofía y la neurociencia contemporáneas
Los avances en neurociencia han demostrado que la interacción mente-cuerpo es mucho más compleja y multifacética de lo que Descartes había anticipado