Feedback
What do you think about us?
Your name
Your email
Message
El hedonismo y sus desafíos éticos, junto con las teorías sentimentales y altruistas, son examinados críticamente. Se aborda la dimensión racional de la ética, destacando las contribuciones de la filosofía aristotélica, el estoicismo, la ética tomista y kantiana. Además, se discute la importancia del orden social y moral en la ética profesional y la evolución histórica y social del concepto de profesión, subrayando su rol en el bienestar comunitario.
Show More
El placer no puede ser considerado como el criterio absoluto de la conducta humana debido a su naturaleza transitoria y su potencial para convertirse en sufrimiento
El hedonismo puede conducir a la justificación de acciones moralmente cuestionables si resultan placenteras
A pesar de los intentos de moderar el hedonismo, estas corrientes no logran establecer un marco moralmente obligatorio
El sentimiento, por su variabilidad y subjetividad, no puede constituir una norma moral confiable y las acciones impulsadas por sentimientos no son inherentemente justificables desde un punto de vista moral
Las éticas de la benevolencia y de la simpatía no logran fundamentar todas las acciones humanas en la simpatía ni convertirla en la base de toda virtud o vicio
La naturaleza social del ser humano indica que el ideal moral debe ser concebido en términos de cooperación y no de aislamiento
Las perspectivas racionales de la ética, representadas por la filosofía aristotélica, el estoicismo y la ética tomista, ofrecen enfoques más estructurados
La ética aristotélica es criticada por su falta de universalidad y enfoque elitista, el estoicismo es visto como desapegado de las emociones humanas y la ética tomista busca un equilibrio entre razón y sentimiento
La ética kantiana es criticada por no abordar las necesidades emocionales y sensibles del ser humano, aspectos fundamentales de nuestra naturaleza
La ética aplicada y profesional se fundamenta en la distinción entre el mundo natural y el mundo cultural creado por el ser humano
La ética profesional se basa en la promoción de virtudes y valores que deben prevalecer sobre los vicios y disvalores para alcanzar la plenitud humana
La convivencia social implica la existencia de deberes y derechos que restringen la libertad individual en pro del bienestar colectivo, manifestándose en normas de comportamiento social y cultural
La ética profesional reconoce la relevancia del orden social, entendido como la organización de las conductas individuales en pos del bien común
El bien común no se reduce a la suma de intereses individuales, sino que representa un ambiente social que favorece el desarrollo personal y la armonización de derechos y obligaciones
La sociedad política tiene la responsabilidad de crear condiciones que permitan a los ciudadanos y a los grupos intermedios contribuir al bien común y alcanzar su desarrollo integral
En la antigüedad, la profesión era vista como una declaración pública de creencias, especialmente en el ámbito religioso
Durante la Edad Media, la profesión incluía una dimensión objetiva, que era el trabajo específico, y una dimensión subjetiva, que era la dedicación y vocación hacia ese trabajo
En la sociedad moderna, el término profesión ha adquirido un significado más amplio, abarcando la formación y el compromiso con una actividad que no solo satisface necesidades personales sino que también contribuye al bienestar de la comunidad