Evolución del Concepto de Empresario

Evolución del Concepto de Empresario

A lo largo de la historia, la figura del empresario ha sido esencial en el desarrollo económico, inicialmente definida como el individuo que asume los riesgos económicos y técnicos al combinar recursos para generar bienes o servicios. Tradicionalmente, este "empresario de riesgo" se caracterizaba por su capacidad para enfrentar la incertidumbre del mercado y la volatilidad de los precios sin garantías de éxito. Con el tiempo, el concepto se ha ampliado para incluir a los directivos que, aunque no poseen la empresa, ejercen un control significativo sobre ella. Estos "empresarios de control" asumen riesgos de naturaleza moral, social y profesional, y son responsables de la gestión y la toma de decisiones estratégicas, comprometiéndose con el avance de la empresa y adelantando pagos a otros factores de producción basados en expectativas futuras.

Separación de Propiedad y Control en la Empresa Moderna

En el contexto de la economía capitalista contemporánea, con la prevalencia de grandes corporaciones multinacionales, se ha consolidado una distinción entre la propiedad y el control empresarial. Las empresas de gran envergadura, cuyas acciones se negocian en los mercados bursátiles, suelen tener una base accionarial amplia y dispersa, lo que dificulta la gestión directa por parte de los propietarios. En su lugar, se designan gestores profesionales para llevar a cabo las operaciones administrativas y estratégicas. Estos directivos se enfrentan a riesgos que no son estrictamente económicos, como los que afectan a su reputación y seguridad laboral. El Consejo de Administración, integrado por miembros ejecutivos y no ejecutivos, desempeña un papel esencial en la formulación de políticas estratégicas y en la supervisión de la gestión cotidiana, asegurando que la empresa se dirija hacia el cumplimiento de sus objetivos a largo plazo.

Problemas de Agencia y Mecanismos de Control

La separación entre la propiedad y el control de las empresas conlleva lo que se conoce como problemas de agencia, donde los intereses de los gestores pueden divergir de los de los accionistas. Para mitigar estos problemas, se han desarrollado mecanismos de supervisión y sistemas de incentivos. La supervisión incluye medidas para restringir la autonomía de los directivos y alinear sus acciones con los intereses de los propietarios, aunque esto implica ciertos costos. Los sistemas de incentivos, como las opciones sobre acciones y la cesión de acciones restringidas, pretenden vincular los intereses de los directivos con el desempeño financiero de la empresa. Adicionalmente, existen mecanismos de control tanto internos como externos, incluyendo auditorías, el mercado de bienes y servicios, el mercado de ejecutivos y el mercado de capitales, que actúan como contrapesos para reducir los problemas de agencia.

Funciones y Roles del Empresario en la Gestión Empresarial

El empresario contemporáneo cumple con una variedad de funciones y roles dentro de la organización. Más allá de asumir riesgos, su labor incluye la coordinación de los procesos productivos, el ejercicio de la autoridad, la motivación del personal y el análisis del entorno empresarial para orientar estratégicamente a la empresa. Según el teórico de la gestión Henry Mintzberg, los roles del empresario se pueden clasificar en tres categorías principales: interpersonal (liderazgo y relación), informativo (monitoreo y diseminación de información) y decisorio (emprendimiento y negociación). Estos roles son cruciales para la toma de decisiones en los niveles estratégico, táctico y operativo, y son fundamentales para el éxito y la adaptabilidad de la empresa en un entorno de negocios dinámico.

La Toma de Decisiones en la Empresa y su Clasificación

La toma de decisiones es un proceso constante y vital en la gestión empresarial, y las decisiones varían en términos de importancia, frecuencia y alcance. Se clasifican en estratégicas, tácticas y operativas, en función de su impacto y horizonte temporal a largo, medio y corto plazo, respectivamente. Las decisiones también pueden ser estructuradas, resueltas mediante procedimientos establecidos, o no estructuradas, que requieren un enfoque creativo y soluciones adaptadas a situaciones específicas. La eficacia en la toma de decisiones depende de la habilidad del empresario para anticipar y adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado y del entorno empresarial en general.