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El alta hospitalaria del recién nacido requiere una serie de procedimientos para garantizar su salud. Se incluyen evaluaciones clínicas, confirmación de signos vitales estables, tamizajes neonatales y vacunación. Además, se brindan instrucciones para el cuidado en casa y se planifica un seguimiento post-alta con visitas domiciliarias, asegurando la continuidad del cuidado y la prevención de riesgos. La documentación adecuada es vital para el seguimiento a largo plazo.
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Se asegura que el neonato haya permanecido en el hospital el tiempo necesario para descartar complicaciones
Se verifica que los padres o cuidadores estén debidamente capacitados para cuidar al bebé en casa
En partos sin complicaciones, el alta se otorga después de 48 horas para partos vaginales y 72 horas para cesáreas
Se confirma que los signos vitales del recién nacido sean estables antes del alta
Se verifica que la pérdida de peso del bebé sea inferior al 10% del peso al nacer
Se comprueba que el recién nacido tenga patrones normales de orina y deposiciones antes del alta
Se realizan evaluaciones clínicas para confirmar el estado de salud del recién nacido antes del alta
Se verifica que se hayan administrado las vacunas contra la hepatitis B y la BCG antes del alta
Se realiza el tamizaje neonatal para detectar enfermedades metabólicas y endocrinas antes del alta
Se enfatiza la importancia de la lactancia materna exclusiva a libre demanda antes del alta
Se brindan instrucciones sobre higiene, baño, cuidado del cordón umbilical, protección de la piel y exposición al sol antes del alta
Se proporcionan pautas para prevenir enfermedades y lesiones, incluyendo medidas de higiene, seguridad durante el sueño y prevención de accidentes