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El desarrollo económico implica un crecimiento sostenido y mejoras en la calidad de vida, medido por el PIB y el IDH. Los países desarrollados tienen economías diversificadas y altos ingresos per cápita, mientras que los subdesarrollados enfrentan limitaciones productivas y dependencia de recursos naturales. La historia económica muestra una brecha ampliada por la Revolución Industrial, con desafíos actuales que incluyen la necesidad de industrialización y políticas de integración global para superar el subdesarrollo.
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El desarrollo económico se refiere a la capacidad de un país para aumentar de manera sostenida su producción de bienes y servicios y mejorar la calidad de vida de sus habitantes
Producto Interno Bruto (PIB)
El PIB es un indicador que mide el valor de todos los bienes y servicios producidos en un país en un determinado período de tiempo
Índice de Desarrollo Humano (IDH)
El IDH es un indicador que mide el nivel de desarrollo de un país a través de aspectos como la educación y la salud de su población
El desarrollo económico se manifiesta en el progreso multidimensional de un país, incluyendo el crecimiento económico, la estabilidad política y el avance social
El subdesarrollo económico se refiere a la limitada capacidad productiva, dependencia de la agricultura y bajos niveles de ingreso per cápita de un país
Crecimiento poblacional
El rápido crecimiento poblacional puede ser un factor que contribuye al subdesarrollo económico de un país
Legados de estructuras coloniales
Los legados de estructuras coloniales pueden perpetuar la dependencia económica de los países subdesarrollados
Desigualdades en el comercio internacional
Las desigualdades en el comercio internacional pueden restringir la capacidad de los países subdesarrollados para competir en la economía global
Superar el subdesarrollo económico requiere estrategias que fomenten la industrialización y la integración económica global, así como políticas que promuevan el desarrollo de los sectores secundario y terciario
La historia del desarrollo económico muestra una clara división entre países desarrollados y en desarrollo, que se amplió con la Revolución Industrial en el siglo XIX
La Revolución Industrial marcó el inicio de la industrialización y la transición de economías basadas en la agricultura a otras centradas en la manufactura y la producción en masa
El desarrollo económico se mide a través de indicadores económicos, demográficos y sociales que reflejan el progreso multidimensional de un país