El Bautismo es un sacramento cristiano que representa la purificación espiritual y la integración en la Iglesia. Con raíces en rituales judíos, simboliza la muerte al pecado y el renacimiento en la fe. Jesucristo instituyó el Bautismo, que es necesario para la salvación y lleva a la justificación y santificación del alma. Los efectos del Bautismo son duraderos, infundiendo gracia y virtudes teologales, y es reconocido universalmente entre las denominaciones cristianas.
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El Bautismo simboliza la purificación espiritual y la admisión en la comunidad de la Iglesia
Prefiguraciones del Bautismo en el Antiguo Testamento
El diluvio y el paso del Mar Rojo son vistas como prefiguraciones del Bautismo, simbolizando la salvación de Dios y la liberación del pecado
Transformación del rito de purificación judío en un sacramento de nueva vida
Jesucristo instituyó el Bautismo como un sacramento necesario para la salvación, transformando el rito de purificación judío en un sacramento de nueva vida
La ceremonia del Bautismo es una celebración de fe y compromiso tanto para el individuo como para la comunidad eclesial que recibe al nuevo miembro
El bautismo de Jesús por Juan el Bautista marcó el inicio de su ministerio público y su reconocimiento como Hijo de Dios
Jesús enseñó sobre la importancia del renacimiento espiritual a través del agua y el Espíritu y comisionó a sus discípulos a bautizar a todas las naciones en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Jesús estableció el Bautismo como un pilar esencial de la práctica y la teología cristianas, y la Iglesia primitiva lo adoptó como un requisito para aquellos que deseaban unirse a la fe
El Bautismo es conocido por varios nombres que reflejan su rica simbología y efectos espirituales, como "Bautismo", "Baño de regeneración y renovación en el Espíritu Santo" e "iluminación"
Los Padres de la Iglesia, como San Justino, explicaron cómo el rito del agua conduce a la iluminación espiritual
El Bautismo simboliza la muerte al pecado y la resurrección a una nueva vida en Cristo, la purificación del alma y el don de una nueva vida espiritual, y la luz de la fe y la comprensión de la verdad divina
El Bautismo tiene efectos transformadores en el individuo, incluyendo la remisión de los pecados originales y personales y la santificación del alma
Al recibir el sacramento, el bautizado es infundido con la gracia santificante, las virtudes teologales y los dones del Espíritu Santo
El Bautismo imprime un carácter indeleble que identifica al cristiano como miembro permanente del Cuerpo Místico de Cristo y le confiere una participación en la misión sacerdotal, profética y real de Jesús