La clasificación de los aceros en la industria automotriz se basa en su resistencia mecánica, crucial para su aplicación en vehículos. Los aceros convencionales ofrecen ductilidad para piezas no estructurales, mientras que los aceros de alta resistencia mejoran la seguridad y reducen el peso. Los aceros de muy alta y ultra alta resistencia se utilizan en componentes estructurales críticos, optimizando la integridad y eficiencia energética en colisiones.
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La resistencia a la tracción es un parámetro crucial para determinar la idoneidad de un acero en aplicaciones automotrices
El límite elástico es otro parámetro importante que se utiliza para clasificar los aceros en la industria automotriz
Los aceros se clasifican en convencionales, de alta resistencia, muy alta resistencia y ultra alta resistencia, según su resistencia mecánica
Los aceros convencionales se utilizan en componentes no críticos para la integridad estructural del vehículo, como paneles de carrocería y aletas
Los aceros de alta resistencia permiten la fabricación de carrocerías más ligeras y seguras, al reforzar zonas críticas y mejorar la resistencia a la deformación permanente
Los aceros Bake-Hardening, Reforzados con fósforo, IF y Microaleados son algunas de las innovaciones en aceros de alta resistencia utilizados en la industria automotriz
Los aceros de muy alta resistencia se clasifican en aceros de doble fase, TRIP, de fase compleja y de ferrita-bainita, cada uno con propiedades distintas para componentes estructurales y de refuerzo
Los aceros de ultra alta resistencia, como los martensíticos y los aleados con boro, permiten un diseño de componentes más ligeros y rígidos gracias a su elevado límite elástico
La tecnología de enfriamiento controlado durante el recocido continuo ha mejorado significativamente el equilibrio entre resistencia y ductilidad en los aceros de ultra alta resistencia