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Los cuatro pilares de la Iglesia Católica -unidad, santidad, catolicidad y apostolicidad- son fundamentales para comprender su naturaleza y misión. Estos atributos, vistos como dones de Cristo, definen la identidad de la Iglesia y guían a los fieles hacia la santidad y la comunión. A pesar de los desafíos históricos, como divisiones y cismas, la Iglesia mantiene su cohesión a través de la fe común, los sacramentos y la sucesión apostólica. Además, el ecumenismo emerge como un esfuerzo vital para la unidad entre todos los cristianos, promoviendo la reconciliación y la colaboración en la diversidad de tradiciones.
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La unidad de la Iglesia Católica se basa en la unidad de la Santísima Trinidad
Pecado y sus efectos
El pecado y sus efectos son los principales desafíos a la unidad de la Iglesia Católica
A pesar de las divisiones, la Iglesia mantiene la unidad a través de la profesión de fe, los sacramentos y la sucesión apostólica
La Iglesia es reconocida como santa porque fue instituida por Jesucristo
A través de la Iglesia, los fieles son llamados a alcanzar la santidad mediante la gracia divina y la caridad
Aunque no todos los miembros de la Iglesia han alcanzado la santidad plena, la Iglesia en la tierra posee una auténtica santidad
La Iglesia Católica reconoce la existencia de elementos de santificación y verdad en otras comunidades cristianas
Estos elementos, como la Sagrada Escritura y la vida de gracia, son medios de salvación que conducen hacia Cristo y fomentan la unidad católica
La Iglesia está llamada a orar y trabajar por la unidad, y esta tarea es responsabilidad de todos los cristianos, tanto laicos como clérigos