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El psicoanálisis de Freud desentraña la mente humana, destacando el rol del inconsciente y las pulsiones en nuestra conducta. Las etapas del desarrollo psicosexual y la estructura psíquica —ello, yo, superyó— son esenciales para entender la formación de la personalidad y los trastornos psicológicos. La relevancia de la infancia y la resolución de conflictos internos son claves en este enfoque terapéutico, que sigue vigente en la comprensión de la psique humana.
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Las pulsiones, fuerzas dinámicas que surgen de la tensión entre necesidades biológicas y demandas sociales, son fundamentales en la configuración de la personalidad y el comportamiento
El ello
El ello es la fuente de las pulsiones y opera según el principio del placer, buscando la gratificación inmediata
El yo
El yo funciona según el principio de realidad, negociando entre los deseos del ello y las exigencias del mundo externo
El superyó
El superyó representa las normas y valores internalizados de la sociedad
Gran parte de nuestra vida mental es inconsciente y los eventos y emociones reprimidos, especialmente de la infancia, pueden influir en el comportamiento adulto de maneras ocultas
La teoría del desarrollo psicosexual postula que la sexualidad es una fuerza motriz desde el nacimiento y se manifiesta en diversas formas de placer
Etapa Oral
La etapa oral se caracteriza por la búsqueda de placer a través de la boca y la alimentación
Etapa Anal
La etapa anal se caracteriza por el control de los esfínteres y la gratificación a través de la eliminación
Etapa Fálica
La etapa fálica se caracteriza por la exploración de los genitales y la identificación con el género
Los conflictos no resueltos en las etapas del desarrollo psicosexual pueden resultar en patrones de comportamiento característicos o neurosis en la vida adulta