La relación entre legalidad y legitimidad en el poder político

El poder legal y su legitimidad según Weber y Kelsen

Max Weber y Hans Kelsen, dos figuras clave en la teoría del derecho y la política, abordan la cuestión de la legitimidad del poder legal desde perspectivas distintas. Weber sostiene que la legalidad debe estar acompañada de una legitimidad basada en la creencia en la validez de la ley. Kelsen, por su parte, propone una jerarquía de normas en la que cada una se fundamenta en una superior, culminando en la "norma fundamental", una premisa hipotética que no se basa en una autoridad superior sino que se presupone para dar coherencia al sistema legal. Este enfoque de Kelsen, conocido como la teoría pura del derecho, enfrenta el desafío de explicar la legitimidad de la norma fundamental sin recurrir a una justificación externa, lo que lleva a reflexionar sobre la relación entre la eficacia del derecho y su aceptación por la comunidad.

El poder constituyente y la validez de la constitución

La constitución de un Estado se deriva del poder constituyente, considerado por Kelsen como la fuente última de toda normatividad jurídica. Sin embargo, al cuestionar la validez de la constitución, se puede remontar a un acto de poder de facto, como la imposición por un usurpador, que no posee legitimidad inicial. Con el paso del tiempo, la aceptación y la creencia en la validez de la legislación originaria pueden conferir legitimidad a la constitución y, por extensión, a todo el ordenamiento jurídico que de ella emana. Este fenómeno ilustra cómo la legalidad y la legitimidad pueden estar más arraigadas en la costumbre y la aceptación social que en un fundamento jurídico inmutable.

La perspectiva contractualista y la legitimidad del poder político

La teoría contractualista, que ve en el acuerdo mutuo de los individuos la base de la legitimidad política, adquiere relevancia en contextos de crisis política. Filósofos como Jean-Jacques Rousseau han argumentado que la legitimidad de un gobierno se origina en un pacto social fundacional. Aunque el contractualismo no es el único criterio de legitimidad, la búsqueda de un consenso entre los miembros de una sociedad es un aspecto central en la legitimación del poder político moderno. En momentos de desacuerdo sobre las normas de convivencia, la idea de un contrato social vuelve a ser un punto de referencia para redefinir la legitimidad del orden político.

La potencia y la impotencia del Leviatán en la teoría política moderna

La expansión del poder estatal en la modernidad, reflejada en las obras de Weber y Kelsen, parece entrar en tensión con los principios del constitucionalismo, que defiende la limitación del poder para proteger la libertad individual. El proceso de constitucionalización, que busca someter al Estado a la ley, ha conllevado una burocratización que puede amenazar la autonomía individual. Kelsen, en particular, no establece límites claros al poder estatal, y los derechos de libertad se presentan como secundarios en su teoría. A pesar de las aspiraciones de emancipación, el Estado contemporáneo tiende hacia una regulación cada vez más abarcadora y un poder potencialmente más autoritario.