La anatomía de la rodilla incluye estructuras como meniscos, ligamentos cruzados y extracapsulares, y la cápsula articular. Estos componentes son vitales para la estabilidad y movilidad de la articulación. La fosa poplítea, con sus límites y contenido, es crucial para la inervación y vascularización. Los músculos de la rodilla y la pierna, como el cuádriceps femoral y los isquiotibiales, desempeñan un papel importante en la locomoción y el equilibrio.
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Los meniscos medial y lateral son cartílagos en forma de medialuna que se encuentran entre los cóndilos femorales y las mesetas tibiales, y son esenciales para la absorción de impactos y la lubricación articular
Los ligamentos cruzados anterior y posterior se originan en la fosa intercondílea del fémur y se insertan en la tibia, proporcionando estabilidad anteroposterior a la rodilla y previniendo desplazamientos anormales
Los ligamentos colaterales medial y lateral se extienden desde el fémur hasta la tibia y son fundamentales para la estabilidad mediolateral de la articulación de la rodilla
El ligamento colateral medial se extiende desde el epicóndilo medial del fémur hasta la tibia y es esencial para la estabilidad mediolateral de la rodilla
El ligamento colateral lateral va desde el epicóndilo lateral del fémur hasta la cabeza del peroné y contribuye a la estabilidad mediolateral de la articulación de la rodilla
La cápsula articular rodea la articulación de la rodilla y se inserta en los márgenes de los cóndilos femorales y tibiales, proporcionando estabilidad y protección a la articulación
La fosa poplítea contiene elementos vitales como nervios, arterias y venas que proporcionan inervación y vascularización a la extremidad inferior
La fosa poplítea está delimitada por músculos en la parte posterior de la rodilla y es esencial para la flexibilidad y estabilidad de la misma
Las superficies articulares de la rodilla permiten los movimientos de flexión y extensión de la articulación
Los músculos cuádriceps femoral y los isquiotibiales son los principales extensores y flexores de la rodilla, respectivamente, y son esenciales para la locomoción y el equilibrio
Los músculos de la región lateral y posterior de la pierna son importantes para la flexión plantar, la flexión de los dedos y la inversión del pie, y contribuyen a la postura y el movimiento