El suelo es esencial para la vida, compuesto por minerales, materia orgánica y seres vivos. Cumple funciones críticas como soporte de vegetación, reservorio de nutrientes y reciclador de materiales. La gestión sostenible del suelo es clave para la productividad agrícola, la conservación de la biodiversidad y la sostenibilidad ambiental. La relación suelo-planta-ser humano destaca la necesidad de prácticas agrícolas que protejan este recurso vital.
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Las partículas minerales son uno de los componentes principales del suelo, provenientes de la roca madre de origen
Humus
El humus, formado a partir de la descomposición de restos de plantas y animales, es esencial para la fertilidad del suelo y la retención de humedad
El agua y el aire son componentes fundamentales del suelo, permitiendo la circulación de nutrientes y la respiración de los organismos vivos
El suelo sirve como soporte estructural para la vegetación y la infraestructura
Macronutrientes
Los macronutrientes, como el nitrógeno, fósforo y potasio, son esenciales para el crecimiento de las plantas y se encuentran en el suelo
Micronutrientes
Los micronutrientes, como el hierro y zinc, son vitales para procesos biológicos y también se encuentran en el suelo
El suelo es una fuente de materiales como arcilla, turba y minerales metálicos, utilizados en diversas industrias
El suelo es capaz de reciclar nutrientes a través de la descomposición de materia orgánica, pero la presencia de contaminantes puede afectar esta función
El suelo alberga biomasa forestal y depósitos de combustibles fósiles, lo que lo convierte en un recurso energético importante
El suelo ha sido esencial en el desarrollo de sociedades estables a través de la agricultura y su conocimiento ha permitido mejorar las prácticas agrícolas
El suelo es vital para la supervivencia de las plantas y, por ende, para la alimentación y oxígeno de los seres humanos y animales