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Las parábolas de Jesús, como la del Buen Pastor y la Moneda Perdida, resaltan la compasión y el perdón de Dios hacia los pecadores. Estas historias simbolizan la búsqueda incansable de lo valioso y la alegría celestial por el arrepentimiento. La inclusión y la misericordia divina son temas centrales, invitando a una transformación hacia el amor y la gratitud mutuos.
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Dios busca activamente a los extraviados y ofrece perdón y restauración sin condiciones previas
Dios valora a cada persona, independientemente de su estatus o conducta
Dios se regocija más por el retorno de un pecador arrepentido que por los justos que no necesitan arrepentimiento
Dios es diligente y persistente en la búsqueda de los pecadores, valorando a cada persona como algo de gran valor
Dios muestra misericordia y celebra la redención de los pecadores, invitando a los creyentes a compartir esa misma alegría y a valorar a cada individuo
Jesús invita a todos a reconocer la generosidad de la misericordia divina y a celebrar la redención de los pecadores como una fiesta comunitaria
Jesús desafía las normas sociales al acoger a pecadores y marginados, mostrando que el reino de Dios está abierto a todos
Jesús ilustra la reluctancia de algunas personas a aceptar su mensaje de alegría y perdón
Jesús invita a sus seguidores a vivir según los valores del reino de Dios, que incluyen el perdón y la compasión mutuos, y a participar en la celebración de la misericordia de Dios, que está disponible para todos sin excepción
Jesús enseña que el perdón de Dios es un regalo inmerecido que provoca una respuesta de amor y gratitud profundos
El reconocimiento del perdón recibido debe manifestarse en amor y gratitud, y el perdón es un principio fundamental en las relaciones humanas y en la comprensión de la gracia divina
Jesús busca transformar la perspectiva humana hacia los pecadores y marginados, presentando a Dios como infinitamente misericordioso y compasivo