La Cosmogonía en la Mitología Nórdica

Orígenes Cósmicos en la Mitología Nórdica

La cosmogonía de la mitología nórdica, intrincada y llena de alegorías, narra el origen del universo y sus elementos celestiales. La Noche, concebida por un gigante de Jötunheim, y el Día, su descendiente, fueron dotados por Odín con caballos y carros para recorrer el cielo, estableciendo el ciclo diurno y nocturno. Hrimfaxe y Skenfaxe son los nobles corceles que traen el rocío y la luz del día, respectivamente. En paralelo, el Sol y la Luna, procreados por Mundilfari, son perseguidos en su travesía celeste por lobos cósmicos, descendientes de Fenrir, en una eterna caza que simboliza los eclipses y el paso del tiempo.

La Personificación de las Estaciones y el Viento

La mitología nórdica personifica las estaciones y los vientos a través de figuras míticas, reflejando la interacción entre la naturaleza y lo divino. Hraesvelg, un gigante con forma de águila, es la fuente de los vientos al agitar sus alas. Las estaciones son representadas por descendientes de los Aesir: Svasud, que encarna el verano, es descrito como generoso y cálido, mientras que Vindloni, que personifica el invierno, es retratado como frío y hostil. Estas deidades simbolizan la influencia de lo sobrenatural en el clima y las estaciones, y cómo estas fuerzas afectan la vida en la Tierra.