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Los arcos en la arquitectura son fundamentales para la estabilidad y estética de las construcciones. Varían en forma, desde rectilíneos hasta circulares y no circulares, y en función, como los arcos de descarga y arbotantes. Los arcos decorativos, como el triunfal y enviajado, enriquecen visualmente las edificaciones, mientras que los arcos estructurales, como los fajones y torales, son clave en la distribución de cargas y la creación de espacios diáfanos.
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El arco angular se compone de dos segmentos lineales que se unen formando un ángulo
El arco escarzano es un arco rebajado con un centro por debajo de las impostas
El arco de herradura se caracteriza por su forma distintiva ultrasemicircular y se utiliza en la arquitectura visigoda y árabe
El arco de medio punto tiene su centro al nivel de las impostas y su flecha es igual a la mitad de la luz del arco
El arco escarzano es más bajo y menos pronunciado que el arco de medio punto, con un centro por debajo de las impostas
El arco de herradura se caracteriza por su forma distintiva ultrasemicircular y se utiliza en la arquitectura visigoda y árabe
El arco apuntado está formado por dos segmentos curvos que se encuentran en la clave y puede ser de diferentes tipos según la posición de sus centros
Los arcos de tres centros incluyen el arco túmido o árabe, que es más ancho en su punto medio que en los arranques
Los arcos mixtilíneos combinan elementos curvos y rectos, mientras que los arcos entrelazados se superponen en dos series, ofreciendo complejidad y riqueza visual
El falso arco se construye con hiladas de piedra en disposición escalonada y no trabaja exclusivamente a compresión
El arco de descarga alivia tensiones en muros portantes
El arco arbotante transfiere el empuje de las bóvedas a los contrafuertes externos en la arquitectura gótica