Mapa conceptual y resúmen LA REVOLUCIÓN RUSA

La Revolución Rusa marcó un cambio radical en la historia mundial, iniciada por desigualdades sociales y económicas y catalizada por conflictos como la guerra ruso-japonesa. La inestabilidad del Gobierno Provisional y las estrategias de los bolcheviques culminaron en la Revolución de Octubre, estableciendo un nuevo orden político.

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Antecedentes Históricos de la Revolución Rusa

La Revolución Rusa de 1917 fue el resultado de una compleja mezcla de factores económicos, sociales y políticos que se gestaron durante el largo reinado de los zares. El Imperio Ruso, gobernado por una monarquía absolutista, se caracterizaba por un poder altamente centralizado y una rígida estructura social. La represión política, la censura y la prohibición de partidos políticos y sindicatos, junto con un marcado atraso económico y tecnológico en comparación con otras potencias europeas, crearon condiciones de vida insostenibles para la mayoría de la población. Estas tensiones acumuladas desembocaron en un descontento generalizado que sentó las bases para el cambio revolucionario.

Multitud reunida en plaza urbana con edificio neoclásico al centro en día nublado, personas de diversas edades y vestimentas oscuras, bandera sin símbolos visibles ondeando.

La Brecha entre Ricos y Pobres como Motor de Cambio

La sociedad rusa pre-revolucionaria estaba polarizada entre una élite privilegiada y una masa de campesinos y obreros que vivían en la miseria. La lenta industrialización y la persistencia de prácticas feudales, especialmente en el campo, perpetuaban la explotación y la pobreza. Esta profunda desigualdad social y económica alimentó el descontento y la demanda de reformas, lo que eventualmente se tradujo en un impulso revolucionario.

Impacto de la Guerra Ruso-Japonesa en la Política Rusa

La derrota de Rusia en la guerra ruso-japonesa de 1904-1905 fue un golpe devastador para la imagen del zarismo y exacerbó las tensiones internas. La guerra aceleró la industrialización y la urbanización, lo que llevó a un aumento de la clase obrera y a una mayor conciencia política entre los trabajadores. Este despertar de la conciencia de clase fue un factor clave en el crecimiento del movimiento revolucionario.

La Revolución de Febrero y la Caída del Zarismo

La Revolución de Febrero de 1917 fue un punto de inflexión en la historia de Rusia. La combinación de desastres militares en la Primera Guerra Mundial y la incompetencia del gobierno zarista provocó un levantamiento popular que culminó con la abdicación del zar Nicolás II. Se estableció un Gobierno Provisional, que compartió el poder con los soviets, órganos de poder obrero y campesino. Este período de dualidad de poderes creó un ambiente de incertidumbre política que allanó el camino para futuros eventos revolucionarios.

Las "Tesis de Abril" y la Influencia Bolchevique

En el período de transición tras la Revolución de Febrero, la inestabilidad política y social era palpable. El Gobierno Provisional, incapaz de retirar a Rusia de la guerra mundial o de implementar reformas significativas, perdió rápidamente apoyo popular. En este contexto, Lenin regresó del exilio y presentó las "Tesis de Abril", en las que abogaba por el traspaso del poder a los soviets y la implementación de reformas radicales. Estas propuestas ganaron el apoyo de las masas y sentaron las bases para la toma del poder por los bolcheviques.

Inestabilidad y Tentativas de Golpe de Estado

El periodo previo a la Revolución de Octubre estuvo marcado por la inestabilidad y varios intentos de golpe de Estado. Las "jornadas de julio" vieron un fallido intento de insurrección por parte de los sectores populares, mientras que los intentos de golpe por parte de elementos conservadores y militares también fracasaron. Estos eventos subrayaron la debilidad del Gobierno Provisional y aumentaron el apoyo al partido bolchevique, que prometía paz, tierra y pan.

El Triunfo de la Revolución de Octubre

La Revolución de Octubre de 1917 fue el clímax del proceso revolucionario en Rusia, con los bolcheviques tomando el control del gobierno. Aprovechando un congreso de los soviets, lideraron un levantamiento armado que aseguró puntos estratégicos en Petrogrado y culminó con la toma del Palacio de Invierno. Este evento marcó el inicio de un nuevo capítulo en la historia de Rusia y del mundo, con la promesa de construir una sociedad basada en la justicia social y la igualdad.

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