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Los sentidos humanos y sus órganos receptores son fundamentales para la percepción del mundo. El ojo, el oído, la nariz, la lengua y la piel funcionan en conjunto para procesar estímulos visuales, auditivos, olfativos, gustativos y táctiles. Estos órganos captan señales específicas y las convierten en impulsos eléctricos que el cerebro interpreta, permitiéndonos experimentar nuestro entorno de manera integral. La sinestesia es un ejemplo de cómo estos sentidos pueden interactuar de formas únicas.
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El ojo es una estructura avanzada responsable de la visión, diseñada para captar la luz y procesarla en imágenes comprensibles
El oído es un órgano vital para la audición y el mantenimiento del equilibrio, compuesto por el oído externo, medio e interno
La nariz alberga células receptoras olfativas en la mucosa olfatoria, que identifican moléculas odoríferas y envían información al cerebro
La lengua reconoce sabores básicos como dulce, salado, amargo, ácido y umami a través de las papilas gustativas en la lengua
La piel está equipada con una variedad de receptores sensoriales que nos permiten detectar y responder a estímulos como la presión, la temperatura y el dolor