El cuidado de sí y el conocimiento de uno mismo son conceptos fundamentales en la cultura clásica y contemporánea. Michel Foucault destaca su evolución desde la antigüedad hasta la Edad Media, influenciados por el cristianismo y el pensamiento platónico. La transición de la niñez a la autonomía implica una toma de decisiones consciente, guiada por la razón. La ética de Pedro Abelardo distingue entre vicios y virtudes del alma, enfatizando la importancia de la templanza y la paciencia para alcanzar la libertad y el autocuidado.
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El autocuidado se ha vuelto importante en la sociedad contemporánea, especialmente en la atención al bienestar físico
Bienestar físico
El autocuidado abarca la atención al bienestar físico, como lo demuestra la cultura fitness y la proliferación de gimnasios
Bienestar afectivo
El autocuidado también incluye el bienestar afectivo, espiritual e intelectual del ser humano
Salud mental
La filosofía puede ayudar a enfrentar desafíos de salud mental, como la depresión y la ansiedad
La cultura occidental ha enfatizado el conocimiento de uno mismo por encima del cuidado de sí, influenciada por el cristianismo y el pensamiento platónico
Foucault rescata la importancia del cuidado de sí en la época helenística, donde se destacaba la responsabilidad individual sobre sí mismo y la vida como un proyecto auténtico
La filosofía estoica enfatizaba la importancia de la razón y la educación en la construcción de una vida auténtica
Durante la transición de la niñez a la adultez, se pasa de la autoridad de los adultos a la autoridad divina de la razón
Plutarco advierte sobre el peligro de confundir la libertad con la anarquía y destaca la importancia de tomar decisiones correctas
La escucha activa y la obediencia a la razón son cruciales en el cuidado de sí, ya que permiten distinguir entre lo verdadero y lo falso y vivir de acuerdo con principios éticos sólidos
Para la cultura griega, el conocimiento de sí y el cuidado de sí eran preceptos prácticos esenciales para una vida plena y virtuosa
Las escuelas filosóficas griegas, en particular el neoplatonismo, tuvieron una influencia determinante en la configuración de la teología cristiana
Con la llegada del cristianismo, la narrativa sobre la naturaleza humana se transformó, enfocándose en conceptos como el pecado y la redención, relegando el cuidado de sí a un segundo plano