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La Convención de Viena sobre Contratos de Compraventa Internacional de Mercaderías (CISG) es un tratado que estandariza las reglas comerciales entre países. Ratificada por más de 90 estados, excluye ciertas transacciones y se enfoca en el comercio de bienes, no en ventas personales o subastas. Es fundamental para definir obligaciones y resolver disputas en el comercio internacional, y su estructura contractual permite flexibilidad y claridad en los términos de pago y entrega.
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La Convención de Viena es un tratado que regula la compraventa internacional de bienes
La Convención de Viena tiene como objetivo promover el comercio internacional mediante la estandarización de reglas para las transacciones de compraventa
La Convención de Viena se aplica a la compraventa internacional de bienes entre empresas de diferentes países, excluyendo ciertas transacciones específicas
La Convención de Viena no se aplica a compras de bienes para uso personal, subastas, ventas de valores o títulos, entre otros
La Convención de Viena se aplica a las transacciones comerciales internacionales de bienes, excluyendo aquellas que requieren un régimen jurídico distinto
El contrato de compraventa internacional de mercaderías es el acuerdo fundamental en el comercio entre naciones que establece la transferencia de propiedad de bienes a cambio de un precio
El contrato puede formalizarse de diversas maneras, incluyendo documentos escritos o comunicaciones electrónicas, y su formalidad dependerá del tamaño de la transacción y la confianza entre las partes
El contrato de compraventa internacional es crucial para definir las obligaciones y responsabilidades de las partes en una transacción comercial internacional y prevenir malentendidos
Durante la negociación del contrato, es esencial considerar aspectos como los costos indirectos, plazo y lugar de entrega, asignación de riesgos y condiciones financieras
La Convención de Viena establece que el contrato no requiere una forma específica para ser válido, pero se recomienda la formalización escrita para prevenir malentendidos y facilitar la prueba de incumplimientos
Las cláusulas pueden ser esenciales, naturales o accidentales, y es crucial que sean claras y precisas para establecer las expectativas y responsabilidades de cada parte en la transacción