Quemaduras: tipos, gravedad y tratamiento

Concepto y Fisiopatología de las Quemaduras

Las quemaduras son lesiones traumáticas que afectan la piel y los tejidos subyacentes, provocadas por la exposición a agentes térmicos, químicos, eléctricos o por radiación. La gravedad de una quemadura depende de la temperatura del agente causante, la duración de la exposición y la conductividad térmica del tejido. La respuesta del cuerpo a una quemadura comienza con una reacción inflamatoria que causa enrojecimiento, hinchazón y dolor. La pérdida de la integridad de la piel conlleva a un aumento en la pérdida de líquidos, proteínas y calor, lo que puede resultar en deshidratación y desequilibrio electrolítico. Además, las quemaduras extensas pueden provocar un estado de shock hipovolémico debido a la pérdida masiva de plasma. La respuesta inflamatoria sistémica puede afectar a otros órganos y sistemas, como el renal y el respiratorio, y puede conducir a complicaciones como insuficiencia renal aguda o insuficiencia respiratoria.

Clasificación y Gravedad de las Quemaduras

Las quemaduras se clasifican en función de su profundidad y extensión. La profundidad se divide en quemaduras de primer grado (superficiales), segundo grado (parcialmente profundas o profundas) y tercer grado (completamente profundas). Las quemaduras de primer grado afectan únicamente la capa más externa de la piel, la epidermis. Las de segundo grado alcanzan la dermis y pueden ser superficiales o profundas, con la formación de ampollas y un dolor significativo. Las quemaduras de tercer grado destruyen completamente la epidermis y la dermis, pudiendo llegar a tejidos más profundos como músculos o huesos, y a menudo son indoloras debido a la destrucción de las terminaciones nerviosas. La extensión se mide por el porcentaje de superficie corporal quemada, utilizando la regla de los nueves o la palma de la mano del paciente, que representa aproximadamente el 1% de su superficie corporal, para estimaciones rápidas. La gravedad de una quemadura se evalúa considerando tanto la profundidad como la extensión, y se clasifica como leve, moderada o grave, lo que determinará el nivel de atención médica requerido.

Manejo y Tratamiento de las Quemaduras

El manejo inicial de las quemaduras implica detener el proceso de quemadura, evaluar la gravedad de la lesión y comenzar el tratamiento. En quemaduras leves, se recomienda enfriar la zona afectada con agua corriente, cubrir con un vendaje limpio y administrar analgésicos para el dolor. En quemaduras más graves, es crucial asegurar la vía aérea, administrar oxígeno si es necesario, y comenzar la reanimación con líquidos intravenosos para contrarrestar la pérdida de líquidos. El tratamiento de las quemaduras también incluye la limpieza y desbridamiento de las heridas, la aplicación de apósitos adecuados, y en algunos casos, la realización de procedimientos quirúrgicos como escarotomías o injertos de piel. La prevención de la hipotermia es esencial, por lo que se deben tomar medidas para mantener la temperatura corporal del paciente, incluyendo el uso de mantas térmicas y la administración de líquidos calientes.

Complicaciones y Cuidados Especiales en Quemaduras

Las quemaduras pueden dar lugar a una serie de complicaciones, que incluyen infecciones, cicatrización anormal y contracturas, shock hipovolémico, insuficiencia renal, sepsis y úlceras por estrés. La prevención y el manejo de estas complicaciones requieren un enfoque multidisciplinario y un seguimiento detallado. Los cuidados especiales para pacientes con quemaduras incluyen la monitorización de la temperatura corporal, el manejo adecuado de líquidos y electrolitos, y la prevención de infecciones mediante curas estériles y la administración de tratamientos antimicrobianos. Además, es crucial abordar el impacto psicológico de las quemaduras, proporcionando apoyo emocional y psicológico para ayudar a los pacientes a adaptarse a los cambios en la imagen corporal y a desarrollar estrategias de afrontamiento efectivas.

Criterios de Ingreso en Unidades de Grandes Quemados

El ingreso en unidades especializadas de grandes quemados se recomienda para pacientes con quemaduras extensas de segundo y tercer grado, quemaduras en áreas críticas como la cara, manos, pies, genitales, perineo y articulaciones principales, quemaduras eléctricas, químicas o por inhalación, y en casos con traumatismos coexistentes. Los niños menores de 10 años y los adultos mayores de 50 años con quemaduras significativas también deben ser considerados para el ingreso en estas unidades. El tratamiento en estas unidades especializadas proporciona un nivel de cuidado intensivo y especializado, incluyendo soporte vital avanzado, manejo del dolor, terapia nutricional y rehabilitación, lo que es esencial para mejorar los resultados y minimizar las secuelas a largo plazo. Además, se ofrece soporte social y emocional intensivo para ayudar a los pacientes y sus familias durante el proceso de recuperación.