Los movimientos literarios, desde la poesía trovadoresca medieval hasta las vanguardias del siglo XX, han marcado la evolución de la literatura occidental. Estas corrientes artísticas y filosóficas, como el Humanismo, el Barroco, el Romanticismo y el Realismo, reflejan los valores y la cosmovisión de sus respectivas épocas, influenciando profundamente la creación literaria y la percepción de la realidad.
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La poesía trovadoresca del siglo XII se caracterizaba por su enfoque en el amor cortés y su contraste con la literatura religiosa de la época
La literatura medieval estuvo influenciada por el sistema feudal y la religión cristiana, lo que se reflejó en sus diversas formas
Los trovadores y juglares difundían sus composiciones en cortes y espacios públicos, utilizando pseudónimos para las damas a las que se dirigían
El humanismo, surgido en el siglo XIV, marcó un cambio hacia una perspectiva antropocéntrica en contraposición a la visión teocéntrica medieval
Figuras como Dante Alighieri y Francesco Petrarca lideraron el humanismo, promoviendo el estudio de los textos clásicos y la creación literaria en lenguas vernáculas
El Renacimiento enfatizó la dignidad del ser humano, su relación con el mundo y la naturaleza, inspirándose en la antigüedad clásica
El Barroco, desarrollado en los siglos XVI y XVII, se caracterizó por su complejidad estilística y su visión a menudo pesimista de la existencia
La Ilustración del siglo XVIII promovió ideales de razón, progreso y humanismo secular, con un enfoque en la educación y la crítica social
El Neoclasicismo, influenciado por la Ilustración, buscó restaurar los principios del arte clásico, enfatizando la armonía, el orden y la claridad en contraste con la ornamentación barroca
El Romanticismo, surgido a finales del siglo XVIII, privilegió la expresión de los sentimientos, la imaginación y la libertad individual en oposición a las normas neoclásicas
La Renaixença fue un movimiento cultural en Cataluña que buscó la revalorización de la lengua y la cultura catalanas
El Realismo y el Naturalismo, con exponentes como Gustave Flaubert y Émile Zola, se centraron en la representación objetiva de la sociedad y la condición humana, utilizando un enfoque detallado y crítico