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El tejido epitelial es esencial para la protección y organización de los seres vivos, ofreciendo barreras que separan ambientes celulares y permiten la absorción de nutrientes y excreción de residuos. Su morfología varía desde células escamosas hasta cúbicas y columnares, adaptándose a funciones específicas como la difusión y la actividad secretora. La polaridad celular y la estratificación son claves para la permeabilidad selectiva y la regeneración tisular, mientras que el tejido glandular juega un rol crucial en la secreción de hormonas y otras sustancias vitales.
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El tejido epitelial actúa como una barrera que separa y protege los distintos ambientes celulares en los seres vivos
El tejido epitelial delimita espacios para que los órganos y sistemas puedan operar eficientemente en los seres vivos
El tejido epitelial previene el desorden celular y asegura la supervivencia en los seres vivos
El epitelio de revestimiento cubre superficies y cavidades, ofreciendo protección y facilitando procesos como la absorción de nutrientes y la excreción de residuos en los seres vivos
El epitelio glandular se especializa en la formación de glándulas y la secreción de sustancias en los seres vivos
Las células epiteliales adoptan formas escamosas, cúbicas o columnares, cada una adaptada a funciones específicas en los seres vivos
La estratificación del tejido epitelial ofrece distintos grados de protección y capacidad regenerativa en los seres vivos
La polaridad de las células epiteliales, con una superficie apical y una superficie basal, es fundamental para sus funciones de barrera y transporte en los seres vivos
Las glándulas endocrinas secretan hormonas directamente en el torrente sanguíneo, regulando funciones corporales a distancia en los seres vivos
Las glándulas exocrinas utilizan conductos para liberar sus productos en superficies internas o externas en los seres vivos
Las secreciones del tejido epitelial glandular son esenciales para procesos vitales como la termorregulación, la digestión y la lactancia en los seres vivos