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La transición de la Edad Antigua a la Edad Media marcó un cambio significativo en la historia europea, influenciado por la invasión de pueblos germánicos como los visigodos. Estos grupos establecieron reinos en territorios del antiguo Imperio Romano, con los visigodos asentándose en la Península Ibérica y formando un reino con capital en Toledo. La monarquía visigoda, su sistema de sucesión, la administración central y territorial, la justicia y la influencia de la Iglesia y los Concilios de Toledo son aspectos clave de este período.
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Los primeros contactos entre los pueblos germánicos y el Imperio Romano datan del siglo I
Las grandes migraciones y asentamientos de los pueblos germánicos en el Imperio Romano se intensificaron en los siglos III y IV
Los germanos, atravesando las fronteras romanas, fundaron reinos en las antiguas provincias imperiales
La teoría catastrofista enfatiza un colapso abrupto debido a invasiones y conflictos militares
La teoría evolutiva sugiere una transformación más gradual, marcada por la progresiva debilidad y transformación de las estructuras romanas
En el año 409, varios pueblos germánicos, incluyendo a los suevos, vándalos y alanos, llegaron a la Península Ibérica
En 415, los visigodos, liderados por Ataúlfo, entraron en la Península Ibérica
Tras un acuerdo con el Imperio Romano en 418, los visigodos establecieron su reino con capital en Tolosa
Eurico consolidó el poder visigodo en la península, y tras la derrota de Alarico II a manos de los francos, el reino de Tolosa se disolvió
A mediados del siglo VI, Atanagildo trasladó la capital a Toledo, y con la conquista del reino suevo por Leovigildo, Toledo se erigió como el centro del poder visigodo
La invasión musulmana del siglo VIII puso fin al reino visigodo en la Península Ibérica
La monarquía visigoda se caracterizaba por no ser ni absoluta ni hereditaria, lo que implicaba que el rey estaba sujeto a la ley y no era propietario del Estado
El monarca ejercía como jefe supremo y portaba símbolos de autoridad como la espada, el estandarte, y posteriormente, la corona, el cetro y el manto púrpura
A pesar de los esfuerzos por establecer una monarquía hereditaria, el principio electivo se mantuvo, con la elección del rey llevada a cabo en una ceremonia de carácter político-religioso
La sucesión al trono era inicialmente electiva entre los miembros de la nobleza goda
Con el tiempo, la sucesión se restringió a aquellos de ascendencia visigoda y reconocida virtud
A pesar de los esfuerzos por establecer una monarquía hereditaria, el principio electivo se mantuvo en la monarquía visigoda
El Aula Regia era un consejo asesor del rey en asuntos de gobierno, legislación y justicia, inspirado en la corte real y modelado según la burocracia romana
El Oficio Palatino, integrado en el Aula Regia, constituía el núcleo administrativo del estado y la corte, con un personal que incluía condes y otros oficiales encargados de distintas funciones administrativas y palaciegas
La organización territorial visigoda conservó la división provincial del Imperio Romano
Las provincias-ducados eran dirigidas por duques y las provincias-condados por condes
La administración local se apoyaba en la curia municipal y en asambleas de vecinos que se encargaban de la gestión de asuntos comunes, perpetuando estructuras administrativas de origen romano
La administración de justicia en el reino visigodo estaba integrada en la estructura gubernamental, con una jurisdicción inicialmente dual para hispanorromanos y visigodos
El rey Leovigildo unificó la jurisdicción en el reino visigodo
A nivel local, el comes civitatis y otros funcionarios se encargaban de la justicia cotidiana, mientras que el monarca, con el apoyo del Aula Regia, ejercía como máxima autoridad judicial
La jurisdicción militar atendía a asuntos específicos relacionados con el ámbito militar
La jurisdicción eclesiástica atendía a asuntos específicos relacionados con la iglesia y la moralidad en el reino visigodo