Los desarenadores son esenciales en la gestión de recursos hídricos, protegiendo infraestructuras de daños por sedimentos. Su diseño se basa en la sedimentación gravitacional, ajustando la velocidad del agua para permitir que las partículas se asienten. Se calcula su longitud óptima y se optimiza el flujo con transiciones suaves. Existen tipos con limpieza intermitente y continua, adaptándose a las necesidades de cada proyecto.
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Los desarenadores son estructuras diseñadas para eliminar las partículas de arena y sedimentos suspendidos en el agua
Los desarenadores son vitales para proteger las obras hidráulicas de los daños causados por la abrasión y la obstrucción de los sedimentos
Los desarenadores previenen la reducción de la capacidad hidráulica de canales y tuberías, y reducen la frecuencia de mantenimiento necesario debido a la acumulación de sedimentos
En ríos de montaña y llanura, donde la carga de sedimentos puede ser alta, los desarenadores son esenciales para mantener la funcionalidad y prolongar la vida útil de las infraestructuras hidráulicas
Los desarenadores operan bajo el principio de sedimentación gravitacional, donde la reducción de la velocidad del flujo de agua permite que las partículas más pesadas se asienten
La relación entre el caudal, el área de sección del canal y del desarenador, y la velocidad del agua en cada uno, se describe con la ecuación de continuidad para el diseño de desarenadores
Para un funcionamiento eficiente, es esencial que los desarenadores tengan una distribución uniforme de la velocidad del agua a lo largo de la cámara de sedimentación
La longitud de las transiciones se calcula en función del ancho del desarenador, el ancho del canal y el ángulo de divergencia para asegurar una transición fluida del flujo
Las transiciones deben tener un ángulo de divergencia suave y paredes curvas que guíen el flujo de agua sin causar turbulencias excesivas