El manejo del shock compensado y la deshidratación en niños es crucial para evitar complicaciones. Se utilizan bolos de solución salina isotónica o lactato de Ringer para la reanimación, seguidos de una etapa de corrección del déficit hídrico y electrolítico. La clasificación de la deshidratación en isonatrémica, hiponatrémica e hipernatrémica determina el enfoque terapéutico específico, con ajustes en la concentración de sodio y potasio. La reposición de potasio debe ser cautelosa y el acceso vascular adecuado es esencial para la hidratación intravenosa. Además, se deben considerar las pérdidas concurrentes para ajustar la reposición de líquidos.
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El retraso en el llenado capilar es un signo de deshidratación severa en niños que puede indicar un estado de shock compensado
Las alteraciones en el estado de conciencia, como la somnolencia o la confusión, pueden ser signos de deshidratación severa en niños
La disminución o ausencia de producción de orina puede ser un signo de deshidratación severa en niños y requiere una pronta reanimación con fluidos intravenosos
Durante la fase de estabilización, se enfoca en revertir el shock hipovolémico y mantener una presión arterial adecuada para prevenir daños a órganos vitales
En la fase de corrección, se calculan las necesidades de mantenimiento de líquidos y electrolitos según la fórmula de Holliday-Segar para asegurar una reposición adecuada y evitar complicaciones como la sobrecarga de volumen
En la deshidratación isonatrémica, se administra solución salina isotónica para restablecer el volumen circulante y el sodio se repone a una concentración de 60 mEq/L
En la deshidratación hiponatrémica, se utiliza una solución con 75 mEq/L de sodio durante las primeras 8 horas y luego se reduce a 60 mEq/L para evitar una corrección rápida que pueda causar complicaciones neurológicas graves
La deshidratación hipernatrémica requiere una corrección más lenta y controlada del déficit de líquidos, con ajustes en la concentración de sodio para proporcionar un aporte adecuado de agua libre y evitar cambios osmóticos rápidos que puedan dañar el cerebro
La reposición de potasio debe iniciarse solo tras confirmar una función renal adecuada y la existencia de diuresis
La normalización de los niveles de potasio debe ser progresiva, generalmente durante un período de 48 horas o más, para prevenir la hiperpotasemia
Es crucial ajustar la reposición de líquidos teniendo en cuenta las pérdidas adicionales, como las ocasionadas por trastornos gastrointestinales o fiebre, y administrar soluciones que reflejen la composición de los fluidos perdidos