La eficacia de los educadores de Preescolar en la facilitación del aprendizaje es crucial para el desarrollo integral de los niños. Un estudio revela la necesidad de mejorar las competencias docentes, abarcando la mediación pedagógica, gestión educativa y participación comunitaria. Se destaca la brecha entre la teoría y la práctica en la formación basada en competencias, sugiriendo programas de desarrollo profesional para una educación de calidad.
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Se seleccionó una muestra representativa de 75 educadores del Municipio Escolar No 2 mediante un muestreo aleatorio estratificado
Cuestionario de 75 ítems
Se empleó un cuestionario de 75 ítems, validado por expertos y con una alta fiabilidad (Alfa de Cronbach de 0,8839), para recopilar datos
El análisis de los resultados, utilizando estadísticas descriptivas y gráficos de cajas de bigotes, indicó que no todos los educadores cuentan con las competencias básicas y específicas requeridas para un desempeño efectivo en la educación basada en competencias
La formación basada en competencias es un paradigma educativo que integra habilidades, conocimientos y actitudes para abordar problemas de manera efectiva y ética
Este enfoque es crucial en la educación Preescolar, donde los educadores deben estar preparados para fomentar el desarrollo integral de los niños
La investigación reveló que muchos educadores implementan este enfoque de manera superficial, sin una comprensión profunda de su significado o un compromiso con los cambios que requiere en la práctica pedagógica
Las competencias docentes se clasifican en básicas, específicas y profesionales
La mediación pedagógica es una de las competencias básicas requeridas para un desempeño efectivo en la educación basada en competencias
Estas competencias deben ser desarrolladas de manera integral, combinando la dimensión afectiva y motivacional con la cognitiva y la práctica
Los hallazgos del estudio señalan que, aunque los educadores de Preescolar poseen conocimientos teóricos sobre la formación basada en competencias, su aplicación práctica es a menudo limitada y descontextualizada
Esta discrepancia entre teoría y práctica conduce a un desempeño fragmentado y a una falta de compromiso con la mejora continua
Para superar estos retos, es crucial que los educadores participen activamente en la construcción de conocimiento y en la reflexión crítica sobre su práctica pedagógica