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La teoría de Laban sobre el movimiento humano destaca la importancia de los elementos espacio, tiempo, peso y fluidez. Estos se combinan en esfuerzos que reflejan actitudes y energías, revelando estados internos y estilos de personalidad a través de la expresividad del cuerpo.
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Los impulsos internos, incluyendo la percepción del espacio, la conciencia del peso corporal y la sensibilidad al tiempo, son esenciales para la ejecución de movimientos expresivos y significativos
Los cuatro componentes fundamentales del movimiento
Laban identificó cuatro componentes fundamentales del movimiento: espacio, tiempo, peso y fluidez
La relación individual con los elementos del movimiento
La relación individual con los elementos del movimiento es influenciada por factores como el temperamento y el contexto
Los esfuerzos como reflejo de la dinámica interna del organismo
Los esfuerzos se expresan en términos de actitudes hacia el espacio, tiempo, peso y fluidez, y reflejan la dinámica interna del organismo para adaptarse y comunicarse
La energía es un componente vital del movimiento, ya que es tanto su origen como su manifestación
Las metáforas cotidianas, como "estar arraigado" o "explotar de impaciencia", reflejan la organización de los esfuerzos en el movimiento y revelan cómo el espacio, tiempo, peso y fluidez se utilizan para expresar estados internos
Laban postuló que la expresividad inherente a los elementos del movimiento es un indicador de los procesos mentales que preparan al individuo para actuar
El lenguaje del movimiento es una extensión de los estados internos y revela cómo el espacio, tiempo, peso y fluidez se utilizan para expresar estados internos
Cada elemento del esfuerzo tiene cualidades distintivas que influyen en la ejecución del movimiento
El espacio se asocia con la orientación, el peso con la intención, el tiempo con la urgencia o la paciencia, y la fluidez con la continuidad o la intermitencia del movimiento
Las cualidades de los elementos del esfuerzo no solo reflejan preferencias individuales, sino que también caracterizan estilos de movimiento y rasgos de personalidad
Los elementos del esfuerzo se entrelazan en cada acción, creando combinaciones únicas que se adaptan a las necesidades y objetivos del movimiento
La maestría en el movimiento se evidencia en la capacidad de integrar y variar las combinaciones de elementos del esfuerzo de manera fluida y expresiva
La observación atenta del esfuerzo revela patrones espaciales, tensiones musculares, formas corporales y la distribución del peso, lo que permite interpretar la conducta funcional y psicológica, así como los mensajes comunicados a través del movimiento