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El pecado original en la doctrina cristiana describe la caída de la humanidad por la desobediencia de Adán y Eva. Este acto trajo sufrimiento y muerte al mundo, afectando a toda la creación. La salvación se ofrece a través de Jesucristo, quien redime el pecado y restaura la comunión con Dios. El Bautismo es el sacramento que borra el pecado original, aunque la lucha contra el mal persiste, requiriendo gracia divina para superar la inclinación al mal.
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Dios creó al ser humano a su imagen y le dio libertad y una relación de amistad
La instrucción de Dios de no comer del árbol del conocimiento simbolizaba el respeto hacia Él
Influenciados por la serpiente, Adán y Eva desobedecieron a Dios, cometiendo el primer pecado humano
Adán y Eva perdieron la gracia de la santidad original después de su desobediencia
La relación entre la humanidad y Dios se vio afectada después de la desobediencia de Adán y Eva
La armonía entre la humanidad y la creación se desintegró después de la desobediencia de Adán y Eva
Según San Pablo, el pecado de Adán afectó a toda la humanidad
La redención de Cristo ofrece justificación y vida nueva a todos, ofreciendo una solución al pecado original
La redención de Cristo abre el camino hacia la reconciliación con Dios para todos
Según la enseñanza cristiana, el pecado original se transmite de generación en generación a través de la naturaleza humana
El pecado original conlleva una carencia de gracia original y una tendencia hacia el mal en la naturaleza humana
El sacramento del Bautismo borra el pecado original y restablece la comunión con Dios, aunque las tendencias al mal persisten