Los músculos esqueléticos, lisos y cardíacos son fundamentales para el movimiento y funciones vitales como la circulación y digestión. La postura, regulada dinámicamente por el sistema nervioso, depende del equilibrio muscular. Desequilibrios pueden llevar a patologías musculares y articulares, siendo clave en fisioterapia el fortalecimiento y estiramiento adecuados. Las adaptaciones posturales del cuerpo protegen ante lesiones, pero pueden requerir corrección terapéutica si se vuelven crónicas.
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Los músculos esqueléticos son responsables del movimiento voluntario y se clasifican en posturales y fásicos
Los músculos lisos se encuentran en órganos internos y operan involuntariamente para funciones vitales
El músculo cardíaco es exclusivo del corazón y es crucial para funciones vitales como la circulación sanguínea
Los músculos tónicos son inervados por motoneuronas alfa de descarga lenta y son responsables de mantener la postura y resistir el estiramiento
Los músculos fásicos son inervados por motoneuronas alfa fásicas de descarga rápida y son adecuados para movimientos rápidos y potentes
Los músculos estáticos desempeñan un papel esencial en la contrarrestación de la gravedad, el soporte de las vísceras y la estabilización de estructuras
Los músculos estáticos mantienen la postura a través de un equilibrio de tensiones entre músculos antagonistas como rotadores, abductores y aductores
El sistema de tensegridad proporciona estabilidad estructural al cuerpo y permite que se adapte y responda a desequilibrios externos
La postura dinámica es la habilidad del cuerpo para adaptarse y mantener el equilibrio en respuesta a cambios en el entorno
Los captores posturales, como mecanorreceptores musculares y articulares, proporcionan información sensorial al sistema nervioso central para coordinar respuestas motoras adecuadas
La contracción rítmica y coordinada de los músculos posturales facilita el reequilibrio continuo frente a perturbaciones y optimiza el consumo energético
Los músculos posturales pueden desarrollar acortamiento y rigidez, lo que puede resultar en compresión y rigidez articular
Los músculos dinámicos pueden debilitarse y volverse hipotónicos debido a la inactividad
Los desórdenes posturales pueden conducir a patologías musculares específicas, como la artrosis y las hernias discales, debido a la compresión articular causada por músculos posturales acortados y rígidos
El cuerpo humano tiene mecanismos de defensa y adaptación postural para proteger funciones vitales y minimizar el impacto de lesiones o agresiones
El cuerpo puede realizar adaptaciones posturales para evitar el dolor o compensar una lesión, como una cojera antiálgica tras un esguince de tobillo