El legado de Montaigne en la creación del ensayo y su influencia en la literatura moderna se une al debate filosófico entre racionalismo y empirismo. Figuras como Spinoza y Descartes aportaron a la confianza en la razón y la fundación de la ciencia moderna, respectivamente, con la duda metódica de Descartes estableciendo un nuevo paradigma en la búsqueda de la verdad.
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Montaigne adoptó una actitud escéptica influenciada por las disputas religiosas de su época
La obra de Montaigne se caracteriza por su estilo reflexivo y personal
Montaigne se inspiró en el escepticismo de la antigüedad clásica para abogar por una visión más humilde del conocimiento humano
El racionalismo y el empirismo surgieron en los siglos XVI y XVII como corrientes filosóficas que enfatizaban el uso de la razón y la experiencia sensorial, respectivamente
Tanto el racionalismo como el empirismo compartían críticas hacia la especulación metafísica
Aunque el empirismo y el racionalismo surgieron en la misma época, no fue hasta el siglo XVIII que el empirismo se consolidó como una doctrina filosófica independiente
Spinoza es conocido por su racionalismo extremo, que sostiene que el universo es completamente inteligible a través de la razón
Spinoza utilizó el método geométrico de Descartes para proponer un sistema filosófico basado en definiciones y axiomas
Spinoza, al igual que otros racionalistas, postulaba la existencia de verdades a priori y de ideas innatas como fuente de conocimiento
Descartes buscó establecer un conocimiento firme y seguro a través de un método basado en principios claros y distintos
Descartes propuso integrar la filosofía con las ciencias naturales y matemáticas en su proyecto de reconstrucción del conocimiento
Descartes utilizó la metáfora de un árbol para ilustrar la estructura del conocimiento humano, destacando la interdependencia de las disciplinas y su fundamento en una base filosófica sólida
Descartes introdujo la duda metódica como una estrategia filosófica para alcanzar la certeza absoluta
Al someter a escrutinio todo conocimiento previo, Descartes propuso un nuevo punto de partida basado en la certeza del "cogito" (yo pienso, luego existo)
La duda metódica de Descartes implicaba una distinción entre sujeto y objeto y la afirmación del sujeto como fuente de certeza, sentando las bases para el desarrollo de teorías que enfatizan la conciencia y la autoreferencia como fundamentos del conocimiento