Las cisternas cerebrales son fundamentales para la protección y soporte del cerebro, albergando líquido cefalorraquídeo y estructuras neurales. Estos espacios subaracnoideos, como la cisterna magna y la cisterna pontina, son cruciales para la dinámica del LCR. La resonancia magnética ha mejorado el estudio de estas estructuras, esencial para diagnosticar y tratar patologías como hidrocefalia y hemorragias subaracnoideas.
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La cisterna magna se encuentra entre la médula oblongada y el cerebelo y es una de las más grandes de las cisternas cerebrales
La cisterna pontina se encuentra entre la protuberancia y el clivus y es esencial para el flujo de LCR y la protección de estructuras neurales
La cisterna bulbar se extiende hacia la médula cervical y es importante para el flujo de LCR y la protección de nervios craneales vitales
La cisterna interpeduncular se encuentra entre los pedúnculos cerebrales y el dorso selar y es esencial para el flujo de LCR alrededor del mesencéfalo
La cisterna cuadrigeminal se encuentra en la parte posterior del mesencéfalo y se comunica con otras cisternas adyacentes, contribuyendo a la protección y el soporte del cerebro
La cisterna retrotalámica se encuentra detrás del pulvinar y del tálamo óptico y contiene venas cerebrales importantes
La cisterna retrotalámica se encuentra detrás del pulvinar y del tálamo óptico y contiene venas cerebrales importantes
La cisterna del velo interpuesto se extiende hasta el agujero de Monro y contiene venas cerebrales importantes
La cisterna del cuerpo calloso se encuentra sobre este y facilita la comunicación con otras cisternas adyacentes, siendo esencial para la circulación del LCR y la protección de estructuras críticas