El esplendor del Imperio Azteca se manifiesta en su capital, Tenochtitlan, con avanzada planificación urbana y una rica vida cortesana bajo Moctezuma II. La llegada de los españoles y la interpretación de presagios marcan un cambio histórico, mientras que la Conquista introduce nuevos elementos culinarios, fusionando tradiciones y transformando la economía con cultivos como la caña de azúcar.
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La ciudad de Tenochtitlan contaba con una planificación urbana avanzada que incluía grandes calzadas y canales navegables
Mercados de Tenochtitlan y Tlatelolco
Los mercados de Tenochtitlan y Tlatelolco eran particularmente notables por su tamaño y variedad de bienes
En el corazón de Tenochtitlan se erigían majestuosos edificios como el Templo Mayor, palacios y plazas, que reflejaban la importancia de la religión y la jerarquía social en la cultura azteca
Moctezuma II era un líder que combinaba la sabiduría intelectual con una profunda religiosidad
Moctezuma II estaba muy influenciado por las tradiciones toltecas y la veneración de deidades como Quetzalcoatl
La llegada de los españoles, con sus naves de velas blancas, fue interpretada por Moctezuma II como la señal del retorno de Quetzalcoatl
La entrada de los españoles a Tenochtitlan dejó a los conquistadores maravillados por la magnitud y el orden de la ciudad
Los cronistas relataron la existencia de mercados extensos y bien organizados en Tenochtitlan, reflejando la complejidad de la economía azteca y la eficiencia de su administración
Los mercados funcionaban con un sistema de comercio regulado que aseguraba transacciones justas, demostrando la complejidad de la economía azteca y la eficiencia de su administración
La dieta en la corte de Moctezuma era excepcionalmente variada y elaborada, con un repertorio de más de treinta guisados y cientos de platillos distintos para la guardia imperial
El protocolo de servicio en la mesa era meticuloso, utilizando fina cerámica y manteniendo un ambiente de respeto y solemnidad durante las comidas
Después de las comidas, el emperador disfrutaba de entretenimientos culturales como la música y la danza, reflejando la importancia de la gastronomía y el ocio en la vida cortesana azteca