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Los principios del Derecho penal, como la intervención mínima y la legalidad, son vitales para proteger la libertad individual y garantizar un juicio justo. La lex certa y la lex stricta aseguran claridad en las leyes y prohíben la analogía, mientras que la lex scripta y la lex previa defienden contra la retroactividad perjudicial.
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El Derecho penal debe actuar solo cuando otros medios de control social han fallado y de manera proporcionada a la gravedad del delito
El legislador debe considerar el principio de intervención mínima para evitar una excesiva penalización de conductas y asegurar que la libertad individual solo se vea limitada en casos estrictamente necesarios para la convivencia social
El Derecho penal se enfoca en la protección de bienes jurídicos fundamentales como último recurso
El principio de legalidad penal exige que solo mediante leyes previas, claras y precisas se pueden definir delitos y penas, garantizando la seguridad jurídica y la previsibilidad de las consecuencias legales de las acciones
El principio de legalidad penal impide la retroactividad de la ley penal en perjuicio del reo y la aplicación analógica de la ley para sancionar conductas no tipificadas expresamente
Las garantías del principio de legalidad penal incluyen la garantía criminal, penal, jurisdiccional y de ejecución, fundamentales para proteger los derechos de los individuos frente al poder punitivo del Estado y mantener la confianza en el sistema de justicia penal
La lex certa o mandato de certeza exige que las leyes penales sean formuladas con claridad y precisión para evitar ambigüedades y asegurar la comprensión de las normas por parte de los ciudadanos
El principio de taxatividad es crucial para que las personas puedan prever las consecuencias jurídicas de sus actos y para que los operadores jurídicos apliquen la ley de manera uniforme y predecible, evitando así la arbitrariedad y fortaleciendo el Estado de Derecho
La lex stricta prohíbe la aplicación de la analogía en el ámbito penal, limitando la potestad punitiva del Estado a lo estrictamente establecido en la ley y respetando la división de poderes
La lex scripta y la lex previa son principios que refuerzan la seguridad jurídica en el ámbito penal
La lex scripta establece que solo la ley escrita, y no la costumbre, puede ser fuente de delitos y penas
La lex previa prohíbe la aplicación retroactiva de la ley penal en perjuicio del reo, garantizando que solo se sancionen las conductas que ya estaban definidas como delitos en el momento de su comisión