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La Unión Soviética, establecida en 1922 y disuelta en 1991, fue una superpotencia que marcó el siglo XX. Bajo Lenin y Stalin, se convirtió en un coloso industrial y militar. Las reformas de Gorbachov, Perestroika y Glasnost, intentaron revitalizarla, pero revelaron debilidades estructurales. La pérdida de influencia en Europa del Este y el colapso del Muro de Berlín simbolizaron su declive. La disolución oficial, tras el fallido golpe de 1991 y el ascenso de Yeltsin, trajo transformaciones profundas y un legado aún debatido.
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Vladimir Lenin lideró la Revolución de Octubre de 1917, que estableció la Unión Soviética
La Guerra Civil Rusa fue un conflicto que consolidó el poder bolchevique y permitió el establecimiento de la Unión Soviética
Bajo el liderazgo de Iósif Stalin, la Unión Soviética se convirtió en una superpotencia industrial y militar
La Unión Soviética jugó un papel decisivo en la derrota de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial
Tras la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética emergió como una de las dos superpotencias globales, enfrentándose a Estados Unidos en la Guerra Fría
En la década de 1980, la Unión Soviética enfrentaba una crisis económica y una creciente incapacidad para competir con las economías capitalistas, lo que eventualmente llevó a su declive
La Perestroika fue una serie de reformas radicales que buscaban reestructurar la economía soviética a través de la introducción de elementos de mercado y la reducción del control estatal
La Glasnost buscaba promover la apertura y la libertad de expresión en un sistema caracterizado por la censura y el secretismo
Las políticas de Perestroika y Glasnost expusieron las profundas debilidades estructurales del sistema soviético, exacerbando las tensiones políticas y sociales
La política de Glasnost tuvo repercusiones en los países satélite de Europa del Este, que comenzaron a desafiar la hegemonía soviética
El colapso del Muro de Berlín en 1989 simbolizó la caída del comunismo en Europa del Este y la transición hacia gobiernos democráticos y economías de mercado
Tras el fallido golpe de Estado en 1991, Boris Yeltsin se convirtió en un líder decisivo y contribuyó a la disolución de la URSS y la creación de la Comunidad de Estados Independientes