El impacto del entrenamiento físico en la hipertrofia muscular y la activación de AMPK es crucial para el desarrollo de fibras musculares y la eficiencia energética. La resistencia y el ejercicio aeróbico juegan roles distintos en la activación de vías metabólicas que afectan la síntesis de proteínas y la oxidación de grasas. Estos procesos están directamente relacionados con la salud cardiovascular, ya que influyen en los niveles de lípidos y lipoproteínas en el plasma, como los triglicéridos y el HDL, marcadores importantes para prevenir enfermedades cardíacas.
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El entrenamiento de resistencia promueve la hipertrofia muscular a través de la estimulación de la vía hipertrófica
Función de la activación de AMPK
La activación de AMPK favorece procesos catabólicos y reduce los anabólicos, mejorando la captación de glucosa y la oxidación de ácidos grasos
PGC-1α estimula la biogénesis mitocondrial y la formación de cadenas respiratorias eficientes en respuesta al entrenamiento de resistencia
La hormona del crecimiento y el factor de crecimiento similar a la insulina tipo 1 son esenciales para el crecimiento muscular y el metabolismo de macronutrientes
La activación de PI3K y Akt culmina en la activación de mTOR, fundamental para la síntesis de proteínas y la hipertrofia muscular
La fosforilación de p70S6K promueve la síntesis de proteínas y se ha asociado con la hipertrofia del músculo esquelético
Las lipoproteínas, incluyendo quilomicrones, VLDL, LDL y HDL, tienen roles específicos en el transporte y metabolismo de lípidos
Las apolipoproteínas son esenciales para el ensamblaje de lipoproteínas, la activación de enzimas lipolíticas y la eliminación de lipoproteínas del torrente sanguíneo
El metabolismo de las lipoproteínas abarca la absorción, transporte y eliminación de lípidos, con diferentes clases de lipoproteínas encargadas de diferentes funciones
El ejercicio de resistencia aumenta la expresión de transportadores de ácidos grasos, la densidad mitocondrial y la proliferación de capilares, facilitando un mayor flujo y oxidación de ácidos grasos
La práctica regular de actividad física se asocia con niveles más altos de HDL y más bajos de triglicéridos, lo que contribuye a la prevención de enfermedades cardiovasculares
La actividad física regular puede reducir los niveles de triglicéridos y elevar los de HDL en el plasma, lo que se traduce en una reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares