El desarrollo motor en la infancia es crucial para la interacción y aprendizaje de los niños. Desde habilidades básicas como agarrar y caminar hasta movimientos complejos en la primaria, se promueve la exploración y el descubrimiento. Estrategias didácticas y metodologías específicas son fundamentales para enseñar habilidades motrices, adaptándose al nivel madurativo de cada estudiante.
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Durante los primeros dos años de vida, los niños adquieren habilidades motoras fundamentales como agarrar objetos, sentarse, gatear y caminar
Entre los dos y seis años, los niños desarrollan movimientos más complejos como correr, saltar y atrapar, que son cruciales para el desarrollo de habilidades motoras especializadas y deportivas
A partir de los seis años, los niños participan en actividades motrices más estructuradas y específicas, como deportes y bailes, que requieren objetivos y reglas claras
Según el modelo de Sánchez Bañuelos, el desarrollo motor en niños se divide en tres fases: habilidades perceptivo-motrices, consolidación de patrones motores básicos y actividades motrices estructuradas
La primera fase del modelo se enfoca en el desarrollo de habilidades perceptivo-motrices a través de actividades cotidianas que promueven la exploración y el descubrimiento
La tercera fase del modelo introduce actividades motrices más estructuradas y específicas, como deportes y bailes, que requieren objetivos y reglas claras
Las habilidades motrices básicas se clasifican en categorías como desplazamientos, saltos, giros y manipulación de objetos
Los desplazamientos pueden ser autónomos o asistidos, y se enfocan en la agilidad, cambios de ritmo y detenciones controladas
Los saltos incluyen una fase de suspensión y pueden ser de altura o longitud, y se enfocan en la coordinación de la carrera, el impulso y el aterrizaje seguro
Para fomentar el desarrollo motor en la educación primaria, es importante diseñar actividades que se alineen con las etapas de desarrollo motor de los niños
La enseñanza debe orientarse hacia la funcionalidad de las habilidades y ofrecer variantes progresivas para su práctica
Los aspectos cuantitativos como la velocidad y la precisión deben integrarse de manera holística, y el juego debe ser un recurso pedagógico clave para motivar y enseñar
La enseñanza de habilidades motrices específicas debe incorporar actividades y juegos que aborden los distintos tipos de movimientos como desplazamientos, saltos, giros, lanzamientos y recepciones
En los saltos y lanzamientos, se debe enfocar en la coordinación ojo-mano, la fuerza y la precisión utilizando una variedad de objetos y partes del cuerpo