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La República Aristocrática en Perú fue un periodo donde una élite costeña dominó la política y economía entre 1899 y 1919. La sociedad estaba estratificada en clases, con una oligarquía terrateniente en la cima. La economía se basaba en la exportación de recursos naturales, mientras que las demandas sociales de trabajadores y campesinos eran desatendidas, lo que eventualmente condujo a tensiones y cambios sociales.
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La República Aristocrática fue un periodo de la historia peruana entre 1899 y 1919, caracterizado por la concentración del poder en una élite costeña compuesta por familias acaudaladas
El término "República Aristocrática" fue acuñado por el historiador Jorge Basadre para describir este periodo de la historia peruana
Durante la República Aristocrática, el poder estaba en manos de una élite costeña compuesta por familias acaudaladas, que dominaban la producción de caña de azúcar y otros recursos naturales
Durante la República Aristocrática, la sociedad peruana estaba dividida en tres clases: la oligarquía, la clase media emergente y los sectores populares
La oligarquía, compuesta por la aristocracia terrateniente y los grandes empresarios, ocupaba la cúspide social y controlaba los principales cargos políticos y económicos
La clase media emergente, formada por profesionales, comerciantes y burócratas, se encontraba en una situación laboral inestable y era más propensa a apoyar las demandas de la clase trabajadora
En las regiones interiores de Perú, los campesinos, mayoritariamente de origen indígena, enfrentaban la explotación y la usurpación de sus tierras por parte de los hacendados y gamonales
Los hacendados y gamonales, aliados con la élite de poder, ejercían una considerable autonomía para proteger sus intereses económicos y mantener el control social y político en sus territorios
La explotación y la autonomía de los hacendados y gamonales afectaba principalmente a las poblaciones indígenas y rurales, perpetuando un sistema de abusos y desigualdad
La economía de la República Aristocrática se basaba en la exportación de productos primarios como la caña de azúcar, el algodón y los minerales, lo que atrajo inversiones extranjeras significativas
La modernización agrícola se concentró en la costa, mientras que en la sierra, los hacendados conservaron su poder
La minería se transformó con la llegada de capital y tecnología extranjeros, especialmente en la sierra central y en la industria petrolera del norte
Durante la República Aristocrática, se inició el proceso de industrialización en Perú, con la fundación de entidades financieras y de seguros, así como la expansión de servicios públicos esenciales como el transporte y la electricidad
El Estado promovió el desarrollo mediante la creación de instituciones como el Ministerio de Fomento y la Sociedad de Industrias
La industria textil experimentó un crecimiento significativo durante la República Aristocrática, gracias a la introducción del algodón Tangüis, que ofrecía ventajas en términos de costos de producción
Durante la República Aristocrática, el poder político estaba fuertemente centralizado en la capital, Lima
En las regiones, los hacendados y gamonales mantenían el control efectivo gracias a su alianza con la élite de poder
A pesar de la estabilidad política y económica, las autoridades no atendieron adecuadamente las demandas sociales de trabajadores y campesinos, lo que sentó las bases para futuras tensiones y cambios en la estructura social de Perú