La investigación-acción como metodología colaborativa

La investigación-acción es una metodología colaborativa que integra la investigación científica con la solución de problemas prácticos. Se caracteriza por su enfoque cíclico de planificación, acción, observación y reflexión, promoviendo el desarrollo de habilidades y la mejora continua en contextos educativos y sociales. Los modelos de Kurt Lewin, Stephen Kemmis y Jack Whitehead guían su implementación.

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Fundamentos de la Investigación-Acción

La investigación-acción es una metodología que integra la investigación científica con la solución de problemas prácticos, promoviendo el desarrollo de habilidades entre los participantes. Este enfoque colaborativo se aplica en contextos específicos y se basa en un ciclo iterativo de planificación, acción, observación y reflexión, que facilita la adaptación y mejora continua. Los fundamentos teóricos de la investigación-acción resaltan la importancia de la participación activa y la colaboración, donde los participantes, en calidad de co-investigadores, trabajan juntos para perfeccionar sus prácticas y comprender mejor la realidad social o educativa que buscan transformar.

Grupo de cinco personas en reunión de trabajo alrededor de una mesa redonda con cuadernos y bolígrafos, un globo terráqueo y una planta, en un ambiente iluminado y neutro.

Ética y Definiciones Clave en la Investigación-Acción

La investigación-acción se sustenta en principios éticos que garantizan la participación equitativa y el respeto hacia todos los involucrados. Esto incluye la obtención de consentimientos informados, la autorización para la recopilación de datos y la transparencia en el proceso investigativo. Los participantes deben tener la oportunidad de influir en el desarrollo del proyecto. La investigación-acción se centra en abordar problemas concretos en contextos específicos y no pretende generalizar sus hallazgos. Su objetivo principal es mejorar la calidad de la acción dentro de un campo profesional o social y profundizar en la comprensión de las prácticas mediante un proceso autorreflexivo que involucra a los participantes en la mejora continua de sus prácticas y entornos.

Características y Finalidad de la Investigación-Acción

La investigación-acción se caracteriza por ser un proceso participativo y colaborativo, que involucra a los individuos en un aprendizaje sistemático y crítico. Se sigue una metodología cíclica que comprende etapas de planificación, acción, observación y reflexión. Este enfoque no solo busca mejorar la práctica profesional, sino también comprender y transformar la situación en la que se desarrolla dicha práctica. La participación activa de los implicados y la colaboración en grupos son fundamentales para abordar problemas relevantes y generar cambios significativos en el entorno.

Modelos de Investigación-Acción y su Implementación

Existen varios modelos de investigación-acción que ofrecen estructuras para su aplicación práctica. El modelo de Kurt Lewin (1946) es uno de los más conocidos y describe la investigación-acción como una serie de ciclos que incluyen planificación, acción y evaluación reflexiva. Stephen Kemmis (1989) propone un modelo que se organiza en torno a ejes estratégicos y organizativos, que interactúan para resolver problemas y comprender las prácticas en contextos educativos. Jack Whitehead (1989) argumenta que estos modelos pueden distanciarse de la realidad educativa y aboga por un enfoque más arraigado en la práctica profesional. Estos modelos sirven como guías para los investigadores y profesionales que buscan aplicar la investigación-acción en sus campos de trabajo.

El Proceso de Investigación-Acción en Acción

El proceso de investigación-acción se desarrolla a través de etapas interrelacionadas que comienzan con la identificación y diagnóstico de un problema, seguido de la formulación de una hipótesis de acción. La etapa de acción implica la implementación de cambios de manera reflexiva y controlada. La observación se enfoca en el seguimiento y registro de la acción, utilizando herramientas como diarios de campo, entrevistas y cuestionarios. La reflexión permite analizar los datos recogidos y extraer conclusiones que fomenten el aprendizaje y la mejora de la práctica profesional. Este proceso cíclico y reflexivo es esencial para el desarrollo profesional y la mejora continua en ámbitos educativos y sociales.

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