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La hipertensión crónica en el embarazo es una complicación obstétrica seria que afecta al 1-5% de los embarazos. Se caracteriza por presiones arteriales elevadas antes de las 20 semanas de gestación y puede persistir postparto. Su manejo incluye medicamentos seguros durante el embarazo y un seguimiento estrecho para prevenir complicaciones como la preeclampsia y el parto prematuro. El diagnóstico diferencial es vital para un tratamiento adecuado y la prevención de riesgos maternos y fetales.
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La hipertensión crónica en el embarazo se define como una presión arterial sistólica de 140 mmHg o más, o una presión arterial diastólica de 90 mmHg o más, que se presenta antes del embarazo o antes de las 20 semanas de gestación y persiste más allá de las 12 semanas postparto
La hipertensión crónica en el embarazo afecta aproximadamente al 1-5% de los embarazos y su prevalencia varía geográficamente
La hipertensión crónica en el embarazo puede ser de tipo esencial o secundaria, dependiendo de si tiene una causa secundaria identificable o no
El diagnóstico diferencial de la hipertensión en el embarazo es crucial para distinguirla de otras formas de hipertensión gestacional y garantizar un tratamiento adecuado
La hipertensión crónica en el embarazo debe diferenciarse de la preeclampsia, la hipertensión transitoria del embarazo y la hipertensión crónica con superposición de preeclampsia
Si la hipertensión se identifica después de las 20 semanas de gestación, es necesario descartar preeclampsia y esperar hasta 12 semanas después del parto para confirmar la persistencia de la hipertensión
La evaluación clínica inicial es crucial para el diagnóstico y manejo adecuado de la hipertensión crónica en el embarazo
La evaluación clínica inicial debe incluir una historia clínica detallada y una medición precisa de la presión arterial, preferiblemente con un esfigmomanómetro de mercurio o uno calibrado adecuadamente
Se deben solicitar análisis de laboratorio y estudios de imagen para descartar causas secundarias de hipertensión en el embarazo
El manejo de la hipertensión crónica grave durante el embarazo requiere un enfoque cuidadoso y tratamiento farmacológico si la presión arterial es superior a 150/100 mmHg
Para el tratamiento de mantenimiento, se prefieren medicamentos con un perfil de seguridad establecido en el embarazo, como la metildopa y la nifedipina
La hipertensión crónica en el embarazo aumenta el riesgo de complicaciones tanto para la madre como para el feto, por lo que se requiere un seguimiento estrecho y un enfoque multidisciplinario para su manejo