Mapa conceptual y resúmen EL REFORMISMO BORBÓNICO EN EL SIGLO XVII

Ascenso de los Borbones y Reformismo en el Siglo XVIII Español

El siglo XVIII marcó una era de transformación en España con la entronización de la Casa de Borbón, que sucedió a la Casa de Habsburgo tras la Guerra de Sucesión Española (1701-1714). Los tratados de Utrecht y Rastatt (1713-1714) reconocieron a Felipe V, nieto de Luis XIV de Francia, como rey, iniciando así el reinado borbónico. Esta dinastía se propuso modernizar el país mediante una serie de reformas conocidas como el "reformismo borbónico", que buscaban centralizar y fortalecer el poder real, impulsar la economía y reducir el poder de la nobleza y el clero. Estas reformas, inspiradas en parte por las ideas de la Ilustración, enfrentaron resistencia de los sectores tradicionalistas, que se aferraban a las estructuras del Antiguo Régimen.

El Despotismo Ilustrado y la Racionalización de la Administración

El despotismo ilustrado, que promovía un gobierno absoluto pero benevolente, informado por los ideales de la Ilustración, fue una influencia clave en el reformismo borbónico. Monarcas como Fernando VI, Carlos III y Carlos IV, y sus asesores ilustrados, entre ellos el Marqués de la Ensenada y el Conde de Floridablanca, se esforzaron por modernizar la administración del Estado. Se emprendieron reformas para hacer más eficiente la burocracia, mejorar la recaudación de impuestos y promover el bienestar público, aunque siempre manteniendo la autoridad real sin cuestionamientos.

Reformas Políticas y Administrativas del Siglo XVIII

Las reformas políticas y administrativas del siglo XVIII incluyeron la centralización del poder en la monarquía y la implementación de la Ley Sálica, que excluía a las mujeres de la línea de sucesión al trono español. Los Decretos de Nueva Planta abolieron las leyes e instituciones particulares de los reinos de la Corona de Aragón, buscando homogeneizar la legislación y la administración en todo el reino. Se introdujo un nuevo sistema de organización territorial basado en intendencias, que tenía como objetivo mejorar la eficiencia administrativa y reforzar el control central sobre las diversas regiones de España.

Reformas Económicas y Fiscales para el Desarrollo

En el terreno económico y fiscal, las reformas borbónicas se orientaron a la modernización y al estímulo del crecimiento. Se reestructuró la Hacienda Pública para optimizar la recaudación de impuestos y se promovieron políticas de liberalización económica, como la libre circulación de granos y la reducción de barreras comerciales internas. Se incentivó el comercio con las colonias americanas mediante la liberalización de las flotas y el comercio de registro, buscando aumentar los ingresos de la corona y fomentar la actividad económica transatlántica. Estas medidas buscaban adaptar la economía española a los principios del liberalismo económico emergente de la época.

Resistencia al Cambio y Legado del Reformismo Borbónico

Las reformas borbónicas, aunque progresistas, encontraron una fuerte resistencia por parte de la nobleza y el clero, que veían amenazados sus privilegios tradicionales. Aunque se lograron avances en áreas como la educación y la ciencia, las estructuras socioeconómicas y políticas de España no se transformaron radicalmente. Las reformas no pudieron desmantelar completamente las instituciones del Antiguo Régimen, y muchas de las estructuras tradicionales persistieron. No obstante, el reformismo borbónico sentó las bases para futuras transformaciones y es visto como un paso importante en la modernización de España, aunque sus efectos completos no se materializarían hasta el siglo XIX.